Siempre me ha costado distinguir la delgada línea que hay entre ser diplomático y falso o hipócrita. Pero gracias a mi última y larga experiencia laboral, creo que ya sé distinguir los términos.
Veamos cómo define cada concepto el diccionario de la Real Academia.
Diplomático: afectadamente cortés.
Falso: dicho de una persona, que falsea o miente.
Hipócrita: que actúa con hipocresía (fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan).
Cómo se ve, la línea no es tan delgada. Yo lo entiendo como que la persona diplomática es una persona educada, que no demuestra sus sentimientos con gente que no conoce, que intenta no crear mal rollo entre gente con la que no tiene mucha confianza. En el trabajo ser diplomático es importante. Tengo que decir que no he conocido, aún, a nadie diplomático.
A los que sí he conocido son a los y las otr@s. Hay a montones, por todos partes. Y esos que dicen "yo soy muy franco"... los peores. He visto y oído individuos que se han dicho, a sus espaldas por supuesto, cosas muy duras, tomar café juntos o, lo que tiene un tanto de peligro, aliarse para ir a por otros. Todo por interés. Creo que es de las bajezas más grandes que hay, aunque, si analizas a los que actúan así, encontrarás falta de autoestima, incompetencia laboral y mucha, mucha envidia, que les corroe por dentro. Son los tipicos individuos que se alegran de la desgracia ajena, que impiden a otros prosperar... pero ya lo dicen, a cada cerdo le llega su San Martín... y a muchas de las personas que conozco que han sido así les ha llegado, tanto a nivel personal como laboral. Muchos se quedan solos, que es lo que se merecen, o interactuando con los que son como ellos.
Y, una cosa más: siempre, siempre, dan señales de como son, aunque somos nosotros mismos los que les damos segundas oportunidades, disculpándoles, teniéndoles lástima... estoy segura que muchos me entenderán...