Revista Cultura y Ocio
Dire Straits en 1980 se encuentra en un momento muy dulce, por un lado después de unos comienzos duros y difíciles, son aclamados en medio mundo gracias a sus dos primeros y excelentes trabajos que les han granjeado premios por muchos rincones del planeta (hasta en Australia les declaran mejor grupo de 1978). Por si fuera poco el mismísimo Bob Dylan, reclama la presencia de Mark Knopfler en el álbum Slow train coming como guitarrista solista, donde hace un recordable trabajo. Pero el presente mandaba, y para seguir la escalada, era necesario otro disco, pero no todo era un camino de rosas ya que la banda ya no es tan compacta como antes, ya no está tan unida, y surgen las primeras desavenencias. David Knopfler no aguanta más y deja la banda. Sus motivos oficiales son la política de conciertos llevada a cabo, el intensísimo trabajo al cual se veían sometidos, y la consiguiente falta de creatividad de la banda, que según David, había perdido el norte, las raíces, y se había vendido.Posteriormente como venganza, Mark dejará fuera de los créditos a su hermano en el álbum, por lo que la banda en esos momentos se queda reducida a trío, de los miembros originales, aunque el teclista Roy Bittan de la E Street Band del Boss, es invitado a las sesiones de grabación y será una pieza muy importante en el resultado. El grupo para la gira del disco se reorganizaría y tendría dos fichajes, Hal Lindes como guitarrista rítmico, americano de California, y el teclista británico Alan Clark.Para producir el álbum, Mark viaja a New York con su amigo y mánager Ed Bicknell, y eligen a Jimmy Lovine, que lleva el sonido del grupo hacia algo más rockero y americano (no en vano produjo Born to run de El Jefe). Se graba durante el verano y sale a la luz el 17 de octubre de 1980. John Illsley al bajo y Pick Whiters a la batería siguen siendo de la partida.Haciendo películas es, por otro lado, un álbum circular o cíclico, ya que comienza y termina con homenajes más o menos precisos a la mitología centro-europea de los años 30, simbolizada en verbenas populares, carruseles infantiles y cabarets alemanes.
Tunnel of love abre el disco, una obra maestra en si misma, que comienza con notas nostálgicas de una melodía conocida en tiovivos y barracas de feria, ese Carrousel Waltz de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, bien definido en los créditos. Ahí está el recuerdo a El tercer hombre, el film de Karl Reisz con la música de Anton Karas, que enseguida viene a la cabeza. El tema inmediatamente vira al rock, para instalarse en el presente de su época, y será sin duda con el paso del tiempo un clásico inapelable de la banda. Un ritmo rotundo, sin fisuras, con los cambios de ritmo geniales, paradas y reinicios gloriosos y un sólo de guitarra que forma ya parte de la historia de la música, de los más bellos que jamás he oído. Romeo and Juliet es el segundo corte, un tema de los viejos románticos que nunca mueren, una canción que siempre pasó a estar en el repertorio de la banda en vivo hasta sus últimos conciertos. Estamos ante una balada soberbia, un tema que sin ser azucarado en demasía, si es algo meloso, pero la narración habla del amor a primera vista, de urgencias y necesidades, es un sueño hecho realidad, la felicidad efímera de una noche, no es por ello menos vivida y disfrutada: "Fui hecho para estar con mi chica, como el saxo fue hecho para sonar en la oscuridad". Skateaway cerraba la primer cara del vinilo con un ritmo marcado, rápido por momentos, en los que se cuela o desliza la voz de Mark, que arrastra palabras y sílabas. Tambores, teclas y guitarra se compenetran de manera fastuosa y se engarzan por derecho, mientras el bajo rellena y enfatiza añadiendo el toque perfecto para que la pieza sea completa. El refrán cantado se repite por dos veces intercalado entre estrofas largas y deslizantes, sentando cátedra. La historia del tema se centra en una reina juvenil de esos días, la patinadora, que cascos en ristre, se convierte en una Dulcinea moderna, campando por sus anchas entre coches y avenidas, a su rollo, a su aire, cabalgando a lomos de su aislamiento y de su inocencia. Mientras lo hace, inventa lances, imagina hazañas, hace películas, castillos en el aire. Las canciones son películas, a su vez los Dj's se encargan de pasarnos películas toda la noche, el rock and roll es también pura evasión, mera imaginación...
Expresso love inicia la Cara B con un punteo de bajos que se mezcla con el piano, para de repente entrar la batería con fuerza, también pandereta, en un tema de puro y duro rock and roll, una de las claves del cambio del grupo, y es también uno de los temas donde Roy Bittan está excelso a los teclados, donde sus manos dan ese toque obsesivo, circular e hipnótico. En su letra la ironía y el sarcasmo brillan tratando con cierto distanciamiento la historia de los amantes de Verona: "¿Cómo se puede tomar en serio esta relación, hoy día?". Nunca se ha de olvidar, que Mark era profesor de literatura antes de dedicarse a esto de la música. Hand in hand es una deliciosa pieza con guitarra acústica evocadora, un melodioso y precioso piano, una batería perfecta, más el carnoso bajo, que entre todos juntos construyen una preciosa melodía y una atmósfera precisa hasta que llega el pegadizo estribillo. Tema capicúa, con principio y fin que se corresponden mutuamente. Solid rock es una confesión de cariño al rock and roll, aquí hay boogie-boogie como signo profundo de identidad, aromas del Delta del Missisippi, lejanos ecos del hony tonk, un retorno al pasado mítico y las influencias mamadas muy adentro del rockabilly cincuentero, pero si se me permite hay mucho de los Stones en este tema y tiene un estribillo la mar de pegadizo e inmediato, y todo explota en un caos guitarrero como debe ser.Les Boys cierra la joya, una canción con miles de sugerencias. Para empezar ese aire a la Alemania pre-nazi-hitleriana de la República de Weimar, a través de un cabaret de exhibicionistas homsexuales y sadomasoquistas, pero ahora es un local donde todo es cachondeo, ya que "los chicos", aunque lucen gorras de las SS y cazadoras de cuero, "no llevan pistolas". Un sorprendente final, pero excelente, de un disco que siempre se me queda corto en duración.
En resumen un excelente disco, clave en la discografía de la banda, que a pesar de sufrir reveses internos durante la grabación, contiene muchos de los temas que son esencia del grupo y eran clave en sus directos, simple y llanamente imprescindible. Os dejo con el tema Romeo and Juliet y su casposo vídeo.