Directivos estrategas

Dado que las empresas estamos inmersas en un entorno turbulento "lo único que no cambia es el cambio continuo del mercado", desde el enfoque de la dirección estratégica se ha comenzado a analizar, la necesidad de ver la toma de decisiones como un proceso integrador, que abarque tanto aspectos emergentes, basados en la descentralización de la toma de decisiones y la participación, como a aspectos racionales y analíticos, necesarios en la definición de la estrategia a largo plazo de toda organización.

La necesidad de que la estrategia empresarial y el modo en que se tomen las principales decisiones estratégicas, se adapte a las características del entorno en el que la empresa compite se convierten en un factor clave o determinante en la velocidad de los procesos de cambio y adaptación continúa en las empresas.

Se ha demostrado que la actuación de la empresa se ve incrementada cuando las decisiones se toman a través de sistemas de planificación flexible, que combinan adecuadamente racionalidad y planificación a largo plazo con participación, generando la revisión de los procesos de planificación cuando una iniciativa o idea sugiere que lo planificado debe cambiarse, o que se deben añadir nuevos objetivos.

El papel de la alta dirección es clave a ser las personas encargadas de la toma de decisiones estratégicas a nivel psicológico y actitudinal, y relacionarlo con el cambio estratégico es el input crítico en el proceso. Se asume así, que los directivos tomarán una u otra decisiones según sus cogniciones y valores, dependiendo además del entorno, formación, experiencia y valores. Es importante reconocer la figura del directivo como motor del proceso de cambio y la importancia que juega en la definición de la estrategia, puesto que es él quien analiza el entorno. Su figura es filtro e intérprete de los elementos del contexto, tiene que tratar de visualizar por sí mismo todos los desequilibrios tanto internos como externos.

¿Cómo afecta el capital psicológico de los directivos de una organización a sus procesos decisorios, a las decisiones de cambio y a la forma de enfrentar esos cambios?

Éste enfoque se centra en los vínculos existentes entre estructuras cognitivas y los procesos de toma de decisiones estratégicas con respecto a la formulación e implementación de estrategias. Éstas estructuras cognitivas son las creencias de la alta dirección sobre el entorno, la estrategia, la cartera de negocios y el estado de la organización. Por ello, aspectos como las experiencias, las convicciones, valores y la forma de ser dan percepciones totalmente distintas de una misma realidad sectorial y empresarial en las empresas que compiten en mismo mercado.

El esquema mental que tenga el director le hace percibir los hechos y el entorno de uno u otro modo totalmente distinto, y en consecuencia es necesario tenerlos en cuenta en el impacto que tendrán sobre las estrategias de la empresa y su posterior evaluación.

Lo bueno que tiene esta dimensión del "capital psicológico" de los directivos como variable facilitadora y clave del proceso de toma de decisiones estratégica, es que la podemos desarrollar con un programa específico de intervención en los comités de dirección, a fin de que las características cognitivas de los participantes mejoren de manera individual y grupal hacia el cambio estratégico y hacia la mejora del desempeño como "directivos estrategas".

Fuente: Tomás Guillén Gorbe - CEO de Grupo Ifedes.