via Mandarina Magazine
Para, siendo una banda de rock, marcarse de buenas a primeras un tributo al techno hay que tenerlos, como mínimo, bien puestos.
Mick Collins y sus chicos de Detroit, los Dirtbombs, que llevan a sus espaldas más de quince años como banda, cuatro discos publicados y todo un nombre consolidado dentro del garage americano, debieron de pensar que a ellos, que han hecho versiones de casi todo, la electrónica no tenía por qué resistírseles. Y Party Store (In the Red, 2011), que se publica mañana 1 de febrero, ha sido el resultado.
¿Y cuál es el resultado? Es un disco de canciones más largas y trabajadas, en el que toman importancia otros elementos más allá de la combinación guitarra más batería, que está más cercano al funky que al garage o punk al que Dirtbombs nos tenían acostumbrados.
Sharevari, canción original de A Number of Names, escogida como single, es un claro ejemplo: se sustituye la secuencia de beats y loops por voces -pero en la misma línea- y se da protagonismo a las guitarras, humanizando así una canción completamente eléctrica y logrando al mismo tiempo mantener la esencia y las ganas de bailar.
Junto al single, lo mejor del disco, podrían ser Good life, original de Inner City, y Bassbin de Carl Craig -en la que el propio autor participa tocando los sintetizadores.
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