Revista Infancia

Disciplina positiva en la crianza

Por Dealgodon

Ahora que a Ana, de tres años y medio, ya no le queda nada de bebé y nos vamos adentrando en su educación, ha habido momentos en los que me he encontrado sin herramientas. En un momento como este, en el que ella necesita reafirmar su personalidad me asaltaron las dudas. Por supuesto que quiero que sea una persona con criterio propio y capacidad para tomar sus propias decisiones, pero ¿cómo se combina eso con hacer que se ponga los zapatos o que desayune algo en menos de tres horas de tiempo?

Ana e Inés

Ana e Inés

Buscando bibliografía sobre cómo educar de una manera respetuosa, encontré que los métodos autoritarios generalmente gozan de falta de bondad y que a los métodos permisivos les falta firmeza. Es entonces cuando me he adentrado en leer sobre disciplina positiva donde la actitud, “Amable pero firme”, es el lema.

La Disciplina Positiva (desarrollada por Adler, Dreikurs, Lott y Nelsen) tiene los siguientes principios:

1.   Ayuda a los niños a tener un sentido de conexión. (Pertenencia y significado).

2.   Es respetuosa y alentadora. (Amable y firme al mismo tiempo.)

3.   Es efectiva a largo plazo. (Considera lo que el niño está pensando, sintiendo, aprendiendo y decidiendo acerca de él mismo y de su mundo y qué hacer en el futuro para sobrevivir o prosperar.)

4.   Enseña importantes habilidades sociales y de vida. (Respeto, preocupación por los demás, solución de problemas y cooperación, así como las habilidades para contribuir en su hogar, su escuela o su comunidad.)

5.   Invita a los niños a descubrir sus capacidades. (Alienta el uso constructivo del poder personal y la autonomía.)

Y sobretodo nos da a los padres muchas herramientas con las que podemos actuar cuando estamos en el conflicto con nuestros hijos. Os dejo aquí las principales:

Herramientas de Actitud:

- Los niños que se portan mal son niños desanimados.

- Los niños hacen las cosas mejor cuando se sienten mejor.

- Los errores constituyen excelentes oportunidades para aprender

- Trabaja para mejorar, no para alcanzar la perfección.

- Hay que ganarse al niño, no ganarle.

- Céntrate en los resultados a largo plazo.

- Busca soluciones, no culpabilices.

- Comprende el significado de la disciplina. La disciplina no es sinónimo de castigo, el verdadero significado de la disciplina es el de educar.

- Trata a los niños con dignidad y respeto. De ese modo los niños se sentirán mejor y se comportarán mejor.

- Los niños te escuchan si primero tú les escuchas a ellos.

- Fíjate en el mensaje escondido detrás del mal comportamiento.

Con el mal comportamiento los niños pueden perseguir algunos de estos objetivos erróneos: llamar la atención, tener el poder, venganza o asunción de incompetencia. Si comprendemos lo que el niño quiere decir con su comportamiento podremos ayudarle.

- Da a los niños el beneficio de la duda:

- Un respiro para iluminarse. El pararse a pensar, el retirarse y relajarse puede hacer ver los problemas desde otra perspectiva.

Herramientas de Acción:

- Asegúrate que el niño recibe el mensaje de amor y respeto.

- Permite al niño desarrollar percepciones de que es significante y aceptado.

- No hagas cosas por los niños que puedan hacer solos.

- Formula preguntas de curiosidad. Hacer preguntas para que el niño observe sus propios sentimientos.

- Implica a los niños en las soluciones.

- Celebra reuniones familiares. En ellas los niños aprenden a solucionar conflictos y problemas y a ayudarse los unos a los otros.

- Resuelve los problemas ellos solos.

- Establece rutinas con los niños.

- Ofrece opciones limitadas.

- Reorienta el poder. Dejar que los niños participen y ayuden les permite también ejercer poder, no solo obedecer.

- Di: “Me doy cuenta”.Si ves que el niño no ha hecho algo, p. ej.: recoger los juguetes, es mejor decir: “Me doy cuenta de que no has recogido tus juguetes”, en vez de “¿Has recogido tus juguetes?”

- Céntrate en las soluciones.

- Crear una rueda de opciones.

- Utiliza las emociones honestamente.

- Enseña las diferencias entre lo que los niños sienten y lo que hacen.

- Asume las responsabilidades que tienes en el conflicto.

- Escúchale reflexivamente: A la hora de escuchar es bueno parafrasear las palabras del niño.

- Escucharles activamente: En la escucha activa, escuchamos los sentimientos escondidos entre las palabras haciéndole ver que entendemos sus sentimientos.

- Supervisa, supervisa, supervisa.

- Distrae y/o reorienta: En vez de prohibirles hacer algo es preferible decirles u orientarles sobre lo que pueden hacer.

- Utiliza las 4 R para recuperarse de los errores:

Reconocer que se ha cometido un error, Responsabilizarse de lo que se ha hecho mal, Reconciliarse (pidiendo perdón) y Resolver (buscar una solución conjuntamente.

- Mantente al margen de las peleas.

- Pon a todos los niños en el mismo barco. No dar la razón a ninguno de los contendientes de una pelea (aunque se esté seguro de quién es el culpable). La solución al problema la han de encontrar entre los dos.

- Tómate un tiempo para enseñar.

- Decide lo que vas a hacer. Es bueno decidir cómo se va a comportar uno ante un conflicto y hacérselo saber al niño. Por ejemplo, aparcar y dejar de conducir si los niños se pelean en el coche.

- Sigue hasta el final. Hay que ser amable pero firmes y llegar hasta el final en el uso de las estrategias positivas.

- Menos es más. Cuanto menos se hable más eficaz se es. Hay que dejar que las acciones hablen más alto que las palabras.

- Utiliza señales no verbales. El uso de señales no verbales (p. ej.: un vaso bocabajo en la mesa indicaría que hay que lavarse las manos antes de comer), sobre todo si participan los niños en su elección, puede aumentar la motivación para realizar las tareas cotidianas.

- Di: ” Cuando……, entonces”. Es más eficaz decir: “Tan pronto como acabes los deberes verás la TV”, que “Si acabas los deberes, verás la TV”.

- Enseña consecuencias naturales.

Es bueno que el niño experimente las consecuencias naturales de sus actos. Una consecuencia natural es algo que sucede debido a lo que el niño ha elegido, sin que el adulto haya hecho nada.

- Enseña consecuencias lógicas.

Para que una consecuencia lógica no sea un castigo deben cumplirse las 3 R: Las consecuencias lógicas deben ser Relativas (deben estar relacionadas con el comportamiento), Respetuosas (deben aplicarse sin cólera, fuerza ni humillación) y Razonables (deben parecer razonables al adulto y al niño).

- Anima en lugar de dar recompensas o elogios.

Animar a los niños les lleva a la autoconfianza mientras que elogiar les hace dependientes de los demás.

- Las pagas no se relacionan con las tareas.

Las pagas se deben dar sin relacionarlas con las tareas.

- Haz que los niños se impliquen en las tareas domésticas.

Los niños deben participar en las tareas de la casa y una buena manera de planificarlas es en las reuniones familiares.

- Abrázale.

Esto puede por sí solo cambiar la actitud tanto del padre como del hijo.

- Dedícale tiempo.

Dedicar todos los días unos minutos extra hace que los niños se sientan aceptados e importantes y les permite compartir experiencias y sentimientos.

Ahora mismo estamos “en prácticas” y unos días sale mejor que otros, pero desde luego que algo a cambiado en casa.

Ahora mismo estamos “en prácticas” y unos días sale mejor que otros, pero desde luego que algo a cambiado en casa.

Os apunto aquí bibliografía que me ayuda:

- BLOG: Respetar para educar.

- CÓMO EDUCAR CON FIRMEZA Y CARIÑO. DISCIPLINA POSITIVA de

NELSEN, JANE

- DISCIPLINA POSITIVA DE LA A A LA Z. 1001 SOLUCIONES PARA LOS PROBLEMAS COTIDIANOS EN LA EDUCACION de VV. AA.


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