Para los seguidores de este genio desde tiempos inmemoriales como servidor, que reunierá al grupo tras 13 años, no era una noticia, era un notición, aunque por ahora no me ha llegado tanto como sus últimos trabajos en solitario, piezas de orfebrería pop de muchos quilates.
Quizás le echo en falta en este The Sound Of The Life Of The Mind un poco más de ese punto de euforia mágica que sabe otorgar a tantas de sus canciones, aunque mi enamoramiento viene más por la más reposada y hermosa de ellas, de cínico título, Thank You For breaking My Heart, donde se transforma en el Elvis Costello de la época Bacharach y nos deja más que embelesados.
El punto más luminoso lo vemos en Michael Praytor, Five Years Later, y el más divertido, ese Do It Anyway que fue la elegida para celebrar la treintena de los personajes de Fraggle Rock, protagonistas del clip del tema, y es que realmente dan ganas de correr moviendo la cabeza como los muñequitos en cuestión al ritmo de la música.
También rendido a la belleza de On Being Frank, uno de esos baladones marca de la casa que te dejan los ojos vidriosos, pero con el pero del single elegido, Erase Me, quizás el menos acertado de su carrera (no por ello malo), pero con el que no acabo de conectar.
Sea como sea, pasen los años que pasen y esté el mundo como esté, cualquier novedad discográfica con el bueno de Ben Folds y su piano, siempre será la mejor noticia del mundo para quién suscribe estas líneas. Mundo propio donde los haya...