Como ya expliqué en la reseña del anterior disco, nuestra relación arrancó con mal pie, en un concierto en Salamandra y finalmente nos reencontramos ese mismo año en el FIB, con una cerveza en la mano y echado en el cesped.
Y es que la música de Pablo Díaz-Reixa, necesita su tiempo, su espacio y su lugar, no hay que tomarlo así a la tun-tun y no quiero decir con eso que sea música inaccesible o anticomercial.
Nada más lejos de eso, en Pulpo Negro encontramos piezas de rítmica sublime a las cuales se hace imposible resistirse, ya desde el efectivo single, una de las mejores del año desde la milésima de segundo de su creación como es Bombay, ya que te atrapa y ya no te escapas jamás con esos coros que parecen cantos de sirena.
Ecos de Radio Futura e incluso de los Danza Invisible más reggae, en la exigente (lo digo por la letra) Novias, otro temazo com un campanario.
Reiterándome en lo del grupo de los hermanos Auserón, no hay más que escuchar Muerte Midi y su homenaje en la letra, "dicen que tienes veneno en la piel"; (Chica-Oh) Drims que parece emparentada con Calipso 1 de Jean Michel Jarre o la muy tropical y festiva Soca del Eclipse, nos dan fé que estamos ante un disco abierto, expansivo, original y universalista como pocos, rara avis total en un país en que se encumb a niñatos de radio-fórmula que dedican canciones a niñas de 16 añitos cuando están ya cerca de los 40. En fin...
Sencillamente un genio rítmico de nuestro tiempo, poco más que añadir, salvo lo del chiste de la portada; Pop, por lo de pulpo en catalán, muy bien elegido por cierto, ya que estás canciones te atrapan con cada uno de los 8 tentáculos, y bueno, Negro por esos toques más oscurillos en el sonido de algunos de los temas, que son la tinta de sus canciones.