Llevo años reivindicando por aquí y por allá los trabajos de artistas de un tiempo y un espacio que seguramente no han tenido el foco mediático que merecían por su talento y por ese toque único y especial. Es el caso de artistas como Tori Amos, Juliana Hatfield o el que nos ocupa, Fiona Apple.
Tras ocho años huérfanos de su música desde la aparición del The Idler Wheel..., vuelve con una fuerza y unas canciones de las que ya no se estilan y en la que la libertad en todas sus formas es la base del mismo.
Así pues, es capaz de empezar el disco con I Want You To Love Me, con su alma y su piano a cuestas y hacernos explotar la patata con su magia (y con esa locura improvisada y estridente del final de la misma), seguir con Shameika, una de mis favoritas de este Fetch The Bolt Cutters y en la que noto una influencia sonora evidente de Frank Zappa en alguno de sus momentos, que además refuerza ese retrato empoderado contra el acoso.
Personalmente, no puedo más que rendirme al poder de piezas excelentes como Rack Of His, en la que su voz juega al soul y al desgarro; la juguetona, mutante y algo faltona con l@s influencers Relay, o la valiente Under The Table, una de las joyitas de este trabajo y que seguro traspasará el devenir del tiempo como uno de los clásicos de su discografía. No es para menos. Así pues, que me alegro del hype que se está generando alrededor de esta obra magna y que se coloque un poco a esta artista en el lugar que hace años lleva mereciendo.