Que la emoción vive instalada en la garganta de este James Walsh es algo tan evidente que decir lo contrario sería una estupidez del tamaño de la catedral de Burgos.
Mi devoción por sus canciones viene de dos momentos concretos de mi vida : el momento en que cuando aún no habían editado su primer disco, su clásico ya Good Souls, sonó por las pantallas del FIB de ese año y me dejo noqueado; y el primer Wintercase en Razzmatazz junto a La Buena Vida, en que tuve un momento místico casi de flotar por el techo con esa magia que brotaba desde el escenario.
El vocalista del grupo Starsailor, aquí en solitario, toma como base el libro de Chuck Palaniuk, autor entre otros clásicos de El Club De La Lucha, Lullaby, y la música para su adaptación al cine bajo el nombre de Canción De Cuna.
Pasamos de la atmósferica Culling Song al sonido americana de Helen's Song (How Can You Love Me), mi favorita y con diferencia de todo el disco; aparece la distorsión marca Placebo en Noise-A-Phobe, o incluso llega a sonar grunge en Sticks And Stones.
Pero realmente donde me llega es cuando la envolvente tristeza de su voz es cuando le doy al play a canciones redentoras como Road Kill Jesus, la preciosa This Town, o Making You Love Me (Love Spell) en la que parece poseido por el mismísimo Jeff Buckley.
Si su carrera con el grupo me parecía de las más dignas y redondas de la música brit de los últimos veinte años, con este trabajo Walsh, producido por Sacha Skarbek (responsable de los éxitos de Adele o Lana Del Rey) se me antoja como una de las voces más necesarias del presente (y del futuro más inminente). Dejaros llevar por Lullaby...