Estamos a principios de junio y un servidor ya empieza a tener claros algunos nombres que estarán en los top anuales de diciembre de este santo blog. Uno de mis encumbrados será sin duda alguna el segundo trabajo de los madrileños Jardín de la Croix, titulado Ocean Cosmonauts y publicado a mediados de mayo.
Después de un fascinante disco de debut (Pomeroy, 2008), este cuarteto de rock instrumental (espero que eso no sea problema para un blog que lleva la voz por nombre) no solo confirma esas buenas vibraciones, sino que consigue añadir aún más quilates a su música.
Y la primera en la frente, oigan. Blacksnout Seasnail es un temazo que sirve al oyente para submergirse de lleno en este oceano sonoro lleno de oleajes que van y vienen, tan cambiantes y impredecibles como llenos de momentos de disfrute sin más. Y es que eso es lo bueno de la música de Jardín de la Croix, nunca sabes cuando te va a venir la ola buena, quizá esté esperando al siguiente minuto y tú ni la intuyas.
Una vez superado el primer tema es ya imposible desengancharse del disco, y menos si te vas encontrando canciones como Maelstrom o Math of Vortex, obras de doble filo tan suaves como punzantes. Cierra el disco Japanese Rockets, la canción más corta (4:40 parece que casi no te da ni para coger aire) pero no por eso menos intensa. Un gran broche final.
Ah, y por si todo lo escrito aquí fuera poco, el grupo nos ofrece sus dos discos para descargar totalmente gratis desde su myspace. Aunque, creanme, son dos obras que merecen ser adquiridas y lucidas en la estantería correspondiente.