No podía ser que estando entre nuestros discos nacionales en las listas, este Ceremonia ni tuviera reseña aún. El caso es que La Bien Querida regresa rupturista, y evitando seguir una línea que le hubiera seguido generando dividendos pero quizás personalmente no la hubiera llenado tanto.
Letras un poco más contundentes, un sonido más oscuro y electrónico de lo que cabía esperar, en que los grupos de finales de los 80 y principios de los 90 son la principal influencia sonora.
Destacar la marcada personalidad en cuanto a producción de ese crack que es David Rodríguez (La Estrella de David) son señas de que estamos ante una artista de la que se hablará con admiración tanto ahora como en el futuro.
Canciones como Arenas Movedizas que es puro Sigue Sigue Sputnik; mi preferida A Veces Ni Eso, que me recuerda tanto a Lio, como a Rubí y Los Casinos, incluso me atrevería a decir que a New Order, aunque solo sea por ese ritmo simple y efectivo de sintes.
También es fácil echar flores a una de las mejores canciones de su corta pero genial discografía, como es Mil Veces, con trazos tan hermosos como "y pensé para mis adentros, que podría enamorarme una y mil veces de tí", y con un poderío in crescendo que te acaba abrumando y embrujando a partes iguales.
Por suerte, a nuestra amada Anita no le sucedió ni le sucederá lo que pronosticaban algunos cuando publicó el genial Romancero, de que sería la nueva Bebe (supongo que por los aires moriscos de alguno de sus temas), ya que ella para conseguir la atención de los medios solo tiene que poner su talento a la vista, no insultar a la gente ni hacer burradas varias para vender un producto vacío.
La seguimos y seguiremos "bienqueriendo"...