Empezar un disco con Kárate A Muerte una canción sobre zombies adolescentes y artes marciales, me parece toda una declaración de intenciones. Y eso es lo que hacen la banda madrileña La Juventud en el que es su disco de debut homónimo, además de hacer honor a su sacrosanto nombre, a la par que sumar descaro y retranca.
Pero es que canciones como la mutante Vivir Sin Tu Amor (dos o tres canciones en una sola) dejan boquiabierto a cualquiera; lo mismo que La Casa De María, en la que la voz de Manuel Romero nos transporta con su timbre (y también por actitud) a los primerizos pasos de lo Danza Invisible, cuando lo suyo estaba más cercano al postpunk que a la radiofórmula; cosa que también podríamos decir de un absoluto pepinazo como es Hacer El Baile, mi favorita del disco desde el primer momento y tema con un potencial quen tira de culo.
No me gustaría dejar de destacar Hubiera Estado Tan Bien Contigo, historia de desamor con la que no es difícil empatizar por varios caminos, tanto por su lírica como por sus dosis de ironía fina; ni Red Gurd, canción que titulan con su anterior vida como vida y que con sus formas de música ligera underground (habrá que convencerles para que estén en nuestro disco del verano, jejeje) vence y convence en poco menos de minuto y medio. Van a dar (mucho) que hablar.