¡Por fin!Un disco que puedo escuchar entero de pé a pá sin que me aburra lo más mínimo, con canciones luminosas capaces todas de alegrarte el día y dejarte un poso de felicidad (aunque sea momentánea) en el cuerpo.
En comparativa, y guardando la distancia en cuanto a estilo, me deja como los discos de La Casa Azul, que sé que no los voy a aburrir, que sé la sensación que quiero conseguir al ponerlo a sonar, por la sencilla razón que sé que voy a conseguir mis propósitos.
Cancionacas con espíritu a lo Beach Boys (Phone, Skateland y la casi perfecta Hey Boy); al sonido Glasgow de los 90 (Sailin, Phone o Summer), la muy fiestera Superball, con la que se puede salvar cualquier fiesta que se precie; incluso un ramalazo a los Lemonheads más estribilleros en Little Red Radio.
Coros infantiles rozando lo celestial; sonido soleado california y escocés, más unas dosis de bubblegum y muy buenos referentes, dan como resultado uno de mis discos preferidos de los últimos tiempos.
Como bien los llamó Axl, "Beach Boys & Girls", jejejejeje.¡Long Life to Magic Kids!