Adentrarse en este nuevo trabajo de Ferran Baucells y su banda se podría catalogar como toda una experiencia. En ella sientes paz, emoción a raudales y ese cosquilleo en la piel que solamente son capaces de transmitir autores que trabajan desde la patata y con absoluta verdad.
Desde la inicial Un Darrer Ball, en la que cabe desde la épica hasta la psicodelia, todo ello sin perder esa intimidad de esas cosas dichas al oído. En La Gent Especial les vemos en términos sonoros con cierta cercanía a los primeros trabajos de Beirut, regada con una letra preciosa y un tanto onírica que la hace tan especial como se dice en su título; y esa forma con la que nos conquistan sin aparente esfuerzo en Guerra & Pau, que en su primera escucha me hice ir a la búsqueda de los discos de mis añorados (y adorados) La Brigada.
La empatía que me provoca L'home Mussol; la belleza abrumadora de Dormies (Despertes), que nada tiene que envidiar a los mayores logros de Kings Of Convenience, o Senzill, delicada pieza con la que se cierra el disco, que en poco más de minuto y medio nos aniquila con su magia, deberían ser suficientes razones para no dejar pasar un disco como este. En mi contra diré que quizás he tardado un poco en descubrirlo, pero ya dicen las voces sabias eso de "nunca es tarde...".