Los tiempos han cambiado y de qué manera, hoy es fácil escuchar la música que nos apetezca en cualquier momento y lugar, incluso desde nuestro dispositivo móvil, quien nos lo iba a decir hace algunos años. Las tiendas de discos son comercios casi extintos. Aún recuerdo cuando entrabamos en estas tiendas, rebuscando vinilos o años más tardes cds. Hace unos días un amigo recordaba a través de las redes sociales la tienda Discoplay, aunque tenía un comercio físico en Madrid, se dedicaba principalmente a la venta de discos por catálogo, dando un gran servicio a aquellos que no vivíamos en la capital y que no disponíamos en nuestras poblaciones de este tipo de tiendas. Recuerdo que esperaba con impaciencia el boletín mensual, el cual constaba de diferentes secciones; como las últimas novedades, pop, rock, ofertas, etc. Cuando pedía algún disco contaba con impaciencia los días para que me llegara. La tardanza entonces era mayor que la de hoy en día, ya que podemos pedir cualquier cosa por internet y la tendremos en nuestra casa en 24 o 48 horas a través de transporte urgente. En aquellos tiempos, creo recordar, los envíos se hacían por correo ordinario por lo que abría todos los días el buzón para ver si había llegado el resguardo correspondiente para ir a correos a recoger el paquete ¡Que bonita es la ilusión!, la espera, la impaciencia, la motivación de conseguir algo que deseas, aunque sea algo tan nimio como un disco.
Quizás hoy hemos llegado al extremo opuesto, tenemos diversas plataformas musicales donde podemos escuchar la música que queramos instantáneamente, internet, emisoras temáticas, videos a través de la red de cualquier cantante o grupo, conciertos, etc. Llega un momento en que nos saturamos y teniéndolo todo no sabemos que elegir. A lo mejor esa ilusión y esa impaciencia por recibir ese disco de tu grupo favorito o de una música por descubrir merecía la pena. Cuando tenemos ilusión por algo, es bonito mientras intentamos conseguirlo, pero si ya hemos conseguido todos nuestros objetivos nos faltará ilusión y motivación. Esta reflexión la podemos extrapolar a nuestras propias vidas, ya que tendemos a buscar la comodidad y a evitar todo esfuerzo y como siempre nos recuerdan nuestros mayores hay que luchar para conseguir nuestras metas u objetivos, pero hemos instaurado una sociedad con tal nivel de bienestar que ya no se premia el esfuerzo sino la comodidad, quizás de esta manera estamos acabando con los sueños e ilusiones por conseguir algo, sea material o no, tendemos a tener lo que deseamos en cada momento con lo cual podemos caer en la desidia y el aburrimiento porque todo está a nuestro alcance.
Como siempre, me suelo ir por los cerros de Úbeda, aunque la reflexión la hacía sobre los cambios en cuanto a la forma de escuchar y comprar música, he de decir que los avances tecnológicos nos han beneficiado a todos, permitiendo que la música esté al alcance de todo el mundo y que podamos indagar entre grupos e intérpretes de todo los estilos lugares y épocas Pero permitidme que mire hacia atrás y saque mi vena romántica acordándome de la venta de música por catalogo, vinilos y tocadiscos “son cosas de la edad”.
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