Revista Música

Discos: #1 record (Big Star, 1972)

Por Bruno
Discos: #1 record (Big Star, 1972)En 1971 los caminos de Alex Chilton y Chris Bell se unieron para formar una de las bandas mas tristemente bellas de la historia del rock. Hablamos, claro, de Big Star.
Thirteen
Todo empezó en 1964, cuando unos Beatles de gira por Estados Unidos llegaron a Memphis. Entre el público había dos chicos de unos trece años, que a partir de esa noche cambiaron sus vidas para dedicarse a componer canciones como sus adorados Lennon y McCartney. Años más tarde, ya como Big Star, la dupla firmaría muchas de las canciones de su primer álbum como "Bell/ Chilton", repartiéndose el monopolio de la composición dentro del grupo.    Grabado en 1972, "#1 record" marcó el debut y el comienzo de una carrera fugaz para los Big Star, con buenas críticas inciales pero boicoteada implícitamente por la  impericia de los ejecutivos del sello Ardent (subsidiario del prestigioso Stax, especializado en soul) para distribuirlos comercialmente. Segun cuentan las reseñas de la época, en Ardent no supieron "como vender" a estos chicos talentosos y anglófilos por elección  pero tan poco conectados con la atmósfera de su Tennessee natal (y del rock de comienzos de los 70´s en general).
Discos: #1 record (Big Star, 1972)Nuestro disco número uno
Luminoso, plagado de bellas armonías vocales (herencia Beatle, claro, pero también de la British Invasion de los 60´s en general, con los Who y los Kinks y reflejos autóctonos como Beach Boys y The Byrds) "#1 record" le suma a todas esas voces una dosis de energía eléctrica y de leve desborde rocanrolero que llevó al pop hacia otros terrenos.
La historia del rock lo llamaría "Power Pop", señalándole el camino a los futuros hijos célebres de la herencia: Teenage Fanclub, The Posies, Cheap Trick y los mismísmos R.E.M de sus comienzos, entre otros.
Y en apenas 37 minutos está contenido un universo pop vital, de ribetetes plenos, como pocas veces el rock volvió a ofrecer. El costado eternamente melancólico, como de "mundo perdido en la adolescencia" de los Big Star ya está presente en "The ballad of El Goodoo", saltando de allí a la absoluta perfección pop (pero ya no esa perfección Beatle "intocable" en sus formas sino una nueva, más terrenal y por eso más humana y parecida a todos nosotros) de "In the street". Hay que oír una y otra vez lo bien armada que está la canción, los juegos de guitarras, los puentes y coros. ¡Los coros! ¡Tendríamos que hablar una tarde entera de las voces de Big Star en cada canción!
Basada en la simpleza de las guitarras acústicas flota "Thirteen", tal vez la canción más hermosa que se haya escrito sobre adolescentes flechados para siempre por el rock ("Won't you tell your dad, "get off my back" / tell him what we said 'bout 'Paint It Black' /rock 'n roll is here to stay/ come inside where it's okay/ and I'll shake you". Alex Chilton tenía 22 años cuando escribió "Thirteen", intentando recuperar aquellos años de adolescencia. Eso se llama "melancolía", aquí y en todas partes.
Discos: #1 record (Big Star, 1972)El disco retoma su mejor forma con canciones que bien podrían resumir la fórmula del grupo: "When my baby´s beside me", controlada, perfectamente arreglada y la vuelta a terrenos agridulces (¿el aspecto más propiamente "Chris Bell" del grupo?) de "My life is right". En ese arranque vocal está concentrada toda esa fragilidad por lo que tenemos y esperamos no perder: "Once I walked a lonely road/ Had no one to share my love/ But then you came and showed the way/ And now I hope you're here to stay".
En el último tramo de #1 record están las canciones más quietas ("Try again", "Watch the sunrise") apenas armadas en torno a lo acústico. ¿Nuestra favorita? La brevedad de esa gema que es "ST 100/6".

Discos: #1 record (Big Star, 1972)Give me another chance
Mal distribuido por Stax/ Ardent, #1 record vendió apenas 4.000 discos, lo que comenzó a horadar la frágil autoestima de Chris Bell, que abandonó el grupo al poco tiempo. Su nombre ya no figuraría en los créditos de "Radio city"(1974) pero su espíritu flotaría en la despedida de "Sister lovers" (1978). 
Y por supuesto, en su hermoso y accidentado disco solista "I am the cosmos", una de esas gemas ocultas durante muchísimos años en los pliegues de esta historia. 

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