¿Cómo evolucionar del punk original y seguir siendo una banda interesante, filosa, que fuera al frente con el mismo impulso original y sin resignar experimentación?
Los Stranglers tenían su propuesta. Y la llevaron a cabo durante varios años de carrera fértil y buenos discos. Entraron a los ochenta envueltos en una estética y un sonido más que interesante.
"Aural sculpture" fue su octavo disco de estudio. Más volcado a los sintetizadores, las acústicas y los arreglos de bronces, el disco sin embargo no pierde el filo característico del banda de Surrey.
La primera mitad es climática, plagada de teclados y líneas de bajo ultra-atmosféricas. "Ice queen" linkea con el costado más ambiental de los Psychedelic Furs o los Love and Rockets. La base es realmente irresistible. Le sigue "Skin deep", uno de los singles del álbum, que ya muestra un approach más pop, con unos coros buenísimos y un gancho inmediato. Manteniendo el mismo clima noctámbulo y reptante, "Let me down easy" extiende el coqueteo pop en un tema con buen groove y arreglos inteligentes.
En cada época los Stranglers la rompieron desde el sonido (aunque con altibajos en la composición, hay que decirlo). Y este lp no es la excepción de lo primero: todo suena en su lugar, compacto y súper convincente. De hecho, en el sobre interno se puede leer una especie de "manifiesto" o "filosofía" que habla de la arquitectura sonora como una verdadera apuesta artística, en un mundo cada vez más vacuo e intrascendente.
"No mercy" levanta un poco el tempo y contagia con sus idas y vueltas. Para cerrar este muy buen primer lado, "North winds blowing" es más ochenta que nunca y repasa, en su letra, la historia más oscura de una Europa arrasada por dos guerras. Suenan unos arreglos de vientos exquisitos, como flotando por encima de toda la música.
El lado 2 arranca decididamente más arriba, con dos temas más intensos como "Uptown" y "Punch and Judy". Originales, el grupo sorprende con arreglos y sonidos inventivos, nunca predecibles. Como por ejemplo ese prototipo de sampleo con la mujer hablando en castellano que usan en "Spain". ¿Quién hacía algo así en 1984?
El tramo final del lp no sorprende tanto, pero tiene otro buen momento en "Souls", de vuelta a lo climático y muy musical. Dos años después, en 1986, el grupo editaría "Dreamtime", con el hit transatlántico por el que los conocerían -hasta el día de hoy- en todo el mundo.
The Stranglers 1984
Hugh Cornwell, J.J. Burnel, Jet Black, Dave Greenfield.
Discografía cercana
Feline (1983) Aural sculpture (1984) Dreamtime (1986).