Discos de la década (XXXIV): Shearwater

Rook (2008)
Hace unos meses, no hubiera estado. Hoy, es indiscutible en esta lista. ¿Que quiénes son? Y qué coño importa, si son la hostia. Unos putos animales en esto de hacer música, por si se necesita alguna referencia. He dicho.
Algunos pensarán que esta inclusión es producto de la calentura de un descubrimento reciente. Sí. Ahórrense el ataque. Lo es. Pero ojo, argumentos sobran. Lo difícil ha sido decidirse entre Palo Santo y Rook (dos auténticas obras maestras). He optado por el segundo, pero apunten: escuchar discografía de esta gente.
Instrumentalmente riquísimos, sus melodías crepusculares y rotundas consiguen calarte hasta los huesos, transmitiendo a la vez fuerza, cual marcha militar, y sensibilidad, como si de un fado se tratase. Vocalmente, nos encontramos con Jonathan Meiburg, un absoluto superdotado. Su voz profunda es capaz de sonar trascendente, sensible, hiriente e incluso cáustica. Pianos delicados, guitarras hipnóticas y majestuosas, melodías folk elegantísimas, melancólicas, que consiguen alegrarte de estar triste, hacer bella la tristeza. Qué cosas.
Todavía estoy buscando alguna canción mala de esta gente. Si alguien la encuentra, razón aquí.
Apunten los que reclaman a Antony & the Johnsons. Pueden escucharlo en Spotify.