Es extraño el recorrido que hacen algunos discos. Y ni que hablar de nosotros mismos como oyentes. Hace años compré este disco en oferta en una disquería de la Costa Atlántica, fuera de temporada. Simplemente por tratarse del cantante de los Dead Can Dance.
Pasó un montón de tiempo hasta que este 2012 -¿influido, tal vez por el regreso de los DCD?- desempolvé este "Eye of the hunter" (el primer disco solista de Brendan Perry) y le di su chance.
Hace días que no paro de escucharlo, en eterno repeat. Lo primero que me vino a la mente es un puente a la profundidad dorada de la voz de John Martyn. Bastan apenas 21 segundos para que el registro de Perry inunde todo el audio. Cuerdas, un arpegio sostenido y unas melodías muy bellas arman "Saturday´s child", el primer tema. Todo el disco, de allí en más, se maneja en este clima reposado, que oscila entre el Folk, la canción acústica, los arreglos de cuerdas y hasta algunos toques de Blues.
Ahí nomás, a la altura del track 2, el hechizo de esta música ya es completo con "Voyage of brain". En la letra, un personaje llamado Brendan llena a sus padres con preguntas relativas al Tiempo y a la Muerte: "¿dónde van las llamas cuando el fuego cesa?". "¿Está escrito en las estrellas que que tenemos que brillar antes de desvanecernos?". El clima es oscuro y espiritual. Y de una profundidad sideral, de esas que parecen detener, precisamente, el Tiempo.
A primera oída, un disco como "Eye of the hunter" no parece hecho para estos tiempos. Pide paciencia y serenidad de escucha. Uno imagina una cabaña en medio de un bosque. O una escena frente el mar. También de primera pasada, los temas pueden resultar todos iguales. Pero sucesivas escuchas empiezan a revelar los matices y estilos diferentes con los que están armados y -lo que es más asombroso- los sutiles cambios de registro que adopta Perry en cada canción.
En "Death will be my bride" y "Sloth", por ejemplo, su voz no abandona la portentosidad pero adopta aires lejanamente bluseros, entre slides y climas que parecen sacados de una improbable colaboración con Ry Cooder.
"The captive heart" agrega un liviano feeling jazzero, pero no podemos dejar pasar por alto el cover que Brendan hace aquí de "I must have been blind". En esos cinco minutos, parece paladear cada compás y cada fraseo de esta hermosa canción de Tim Buckley que ya una vez versionaron los This Mortal Coil.
En 2012 los Dead Can Dance volvieron con "Anastasis".