Sábado a la mañana, todos nos vamos a Graceland
El sábado a la mañana es una categoría del alma, diría yo. Y también un gran momento para escuchar música. Y si hay discos “de sábado a la mañana” uno de ellos es “Graceland”. Suena bendito, suena sanador y cristalino. Cuenta la historia (viene escrita en el back cover del lp original) que a mediados de los 80 Paul Simon entró en contacto con la música sudafricana, y que acompañado de un ingeniero de sonido viajó a Johannesburg para grabar con algunos músicos de allá. El feeling de esos músicos, su vibra es la que le terminó dando ese sabor tan especial, tan cálido al disco. En un punto, “Graceland” puede despertar las sospechas de los que descreen de la “World Music”, incluido su tufillo “vampirirzador” de lo exótico. Pero la música es tan buena acá y las canciones tan originales, que el bueno de Paul nos tapa la boca una vez más. Como dijo alguna vez Luca Prodan, Simon es bueno de principio a fin. Yendo a los temas, hay muchas joyitas. “The boy in the bubble” se mueve dentro de un ritmo pseudo blues, con el bajo fretless y el acordeón bien al frente. La instrumentación desconcierta (o mejor dicho los planos de la mezcla) pero la canción es fantástica. Después el disco se pone más reggae, entre “I know what I know” (con sus grititos Zulú) y “Gumboots”. “Diamonds in the soles of her shoes”empieza con un canto africano a varias voces, mitad Gospel, mitad canción de amor. Luego entra el tema, en plan reggae, zumbando sobre la dulzura característica de la voz de Simon, siempre a mitad de camino entre cantar y decir. Una especie de rapero folk de cafetería. Pero vamos, que acá la joyita de la primera mitad es “Graceland”. Todo lo que suena aquí es pura gloria. ¿Acaso nos puede decepcionar un tema que empieza diciendo “el delta del Mississipi brillaba como una guitarra nacional”?. La canción tiene unas dinámicas y un groove irresistible; flota sobre slides, arreglos de guitarra y un clima general que nos lleva a soñar con las grandes planicies americanas. Además de una canción de amor y sobre los cambios en la vida, “Graceland” es también el sueño con los orígenes del rock and roll. Todos queremos ir a Graceland con Paul en este tema Sagrado. Demasiada belleza en apenas tres minutos. El lado 2 abre con el “gancho” del disco, ese funk transatlántico que es “You can call me Al”. Hasta haciendo pequeñas banalidades de FM como ésta, Simon tiene calidad. Le sigue otro momento muy bello (¿y cuántos van?) con “African skies” incluida la voz de Linda Rondstant de invitada. El tema tiene un coda muy climática, con esas guitarras y triángulos en un plano lejano. Otro momento profundo de “Graceland” llega con “Homeless”, compuesta junto al cantante Joseph Shabala y cantada íntegramente a capella por el grupo religioso Ladysmith Black Mambazo. Hay un poco más de reggae Afro en “Crazy love vol. II” y dos números (“That was your mother” y “All around the world or the myth of fingerprints”, tocada con Los Lobos) un poco más up tempo para terminar arriba. ¡Feliz mañana de sábado! Paul Simon- discografía cercanaHeart and bones (1983) Graceland (1986) The rhythm of the saints (1989).