IHay discos cuya atmósfera remite al tiempo y espacio donde fueron concebidos.
No es novedad si decimos que Heroes, de David Bowie, respira el clima enrarecido y apocalíptico de Berlín en años de la Guerra Fría. Un disco que en cada compás y en cada silencio, además, recoge los ecos todavía presentes de la Segunda Guerra Mundial: una sonoridad repleta de nubes negras y grises de misiles aéreos, Stukas alemanes y bombardeos aliados. El fantasma de la Segunda Guerra Mundial, todavía presente.Por último, una tercera influencia germánica se hace presente en "Heroes": la del Krautrock de NEU! y Kraftwerk, dos fuentes claras de inspiración para el Bowie modelo ´77.
IINo es novedad, tampoco, decir que 1977 fue un año especialmente productivo para ese séquito arty que se armó en Berlín en torno a la dupla Brian Eno- David Bowie, con un acólito de lujo, Iggy Pop. En el mismo ´77 se grabarían Low (también de Bowie) Before and after science, de Eno, y la dupla The Idiot- Lust for life, de Iggy.
Luego de dos años viviendo en Los Angeles, David se trasladó a la ciudad alemana en plan desintoxiación. Vivió en un departamento antiguamente ocupado por un comedor nazi, con vista al Muro de Berlín. Ajenos (o no tanto, quien sabe) al estallido punk, Eno y Bowie parecieron correrse del epicentro punk dominado por Inglaterra y New York en busca de otro ambiente, otra inspiración, muy por fuera de lo que el rock vivía por esas fechas.
En definitiva, nos seguiremos preguntando ¿qué pasó en Berlin aquel año? ¿Qué extraño fenómeno (natural o inducido) hizo que se produjera una música tan buena y perdurable, plasmada en cuatro, cinco discos esenciales para cualquier historia del rock?
IIIHeroes -el álbum que nos ocupa- fue el sucesor de esa otra gran obra maestra de Bowie, Low. Conserva de aquel el esquema de decrecimiento de la energía en la segunda mitad, aunque el clima general aquí es otro, más rockero, si se quiere, más suelto.
Esta soltura se palpa en los primeros tracks del álbum: tanto Beauty and the beast como Joe the lion fueron grabadas en brevísimo tiempo, con Bowie escribiendo las letras y grabando las voces en poco más de una hora, o sobre la marcha. La música es suelta, de grandes trazos, sin llegar a los detalles. Una mayor estructuración requirió Heroes- el tema. Una balada de amor de dimensiones épicas con el Muro de Berlín (cercano a Hansa by the Wall, el estudio donde se grabó el álbum) como fondo. Hay varios elementos magistrales a lo largo de sus 6 minutos, 7 segundos: las guitarras atmosféricas de Robert Fripp (que viajó directamente de EU para grabar todas sus partes en un día), el manejo del crescendo dramático del tema, los coros (¡antológicos!) de Eno y Bowie en la segunda mitad. Una pieza de art rock notable por donde se la mire, que tomó su título como homenaje al tema "Hero" (1975) de NEU!.
El clima se enrarecía con el slow tempo Sons of silent age, la única canción que Bowie tenía compuesta antes de la grabación y la que primero funcionó como título para el álbum. Entre interpretaciones diversas, algún crítico sugirió que la línea "platforms, blank looks, no books" alude al régimen Nazi.Al igual de lo que ocurría en "Low", el lado 2 de Heroes se pasea por piezas ambientales (o "bélico- ambientales", podríamos decir) que descomprimen el álbum y lo llevan a otro territorio, más paisajístico y contemplativo. Aunque igual de tenso. Aquí tenemos la seguidilla "V-2 Schneider" (referida a los cohetes alemanes de la Segunda Guerra y homenaje a Florian Schneider, de Kraftwerk); "Sense of doubt", "Moss garden" y "Neuköln". Si hay algún tramo del disco donde se evidencia la presencia de Eno, es aquí.
Pero a diferencia de Low (cuya segunda mitad nunca volvía de las profundidades) Heroes termina otra vez arriba con la colosal The secret life of Arabia, tema compuesto por Bowie, Eno y el guitarrista Carlos Alomar. El fade out final del tema, con palmas y groove casi funk le dan un cierre ambiguo y magistral a un disco notable.