Cada tanto está bueno que aparezcan discos así. Donde el artista en cuestión parece acercarse a la música con la inocencia de la primera vez. Para cínicos y descreídos, ya tenemos bastante con la vida cotidiana. ¿No es cierto?
"Into the sun", el disco debut de Sean Lennon, tiene mucho de esa inocencia musical, de ese acercamiento lúdico a los instrumentos y los sonidos. Como si cada acorde, cada canción, fuera un universo de juego y aventura.
De hecho, el álbum irradia una especie de "aire de familia". Producido por la novia de Sean, Yuka Honda (quien también ejecuta todo tipo de instrumentos) sus letras giran en torno a los sentimientos más íntimos: la fragilidad del amor, los celos, el crecimiento. Y hasta las ilustraciones (unos simpáticos dibujos en lápiz negro) son obra de Sean. Hay varios momentos musicalmente muy buenos, con la cruza entre papá Lennon y los Smashing Pumpkins de "Home" y la bossa "Into the sun" a la cabeza. Y más: algo de psicodelia pastoral y a la vez de laboratorio a la altura de "Bathub" y "Mistery juice"; el instrumental low fi "Photosynthesis", el pop redondamente Beatle de "Queue" o la bella flotación de "Two fine lovers". Canciones luminosas para despejar orejas. Para darse chapuzones y flotar justo ahí. Dentro del sol. Editó Grand Royal, el sello de los Beastie Boys.