En Buenos Aires llueve, hace frío y el cielo está gris a más no poder. No vendría nada mal un baño de electricidad, Gospel y golpes de batería.
Damas y caballeros, suban el volumen: estamos flotando en el espacio de la mano de Mr. Jason Pierce.
* * * Excesivo. Barroco. Pretencioso. Todo lo que quieran. Pero Ladies and gentlemen we are floating into space, tercer disco de Spiritualized, es un disco adictivo, envolvente y -todavía- único en su especie.
Y ya que venimos de reseñar algo de los Pink Floyd, qué mejor que seguir la estela de los primeros voladores del espacio y rastrear su influencia en la mente alucinógena de Jason Pierce. Ese muchachito petulante y perfeccionista que ya como Spiritualized contrató y despidió a cuánto músico se le ocurrió con tal de lograr el sonido que tenia en su cabeza. El mismo que ya desde los fantásticos Spacemen 3 se venía abocando a lograr el trip, el cuelge y la comunión con el sonido, recuperando la mejor tradición psicodélica frente a un rock que a mediados de los 90´s miraba claramente para atrás (Grunge y Brit Pop incluidos).
Solitario en su búsqueda, el muchacho se salió- a su manera- con la suya.
Please fasten your seatbelt
Concebido como una ópera espacial del siglo XXI, "Ladies and gentlemen..." tiene todos los defectos de los álbumes "conceptuales", armados según un recorrido específico. Es largo. Es interminable. Se desinfla. Pero aún asi, pasa por encima de sus propios defectos en base a grandes momentos.
La azafata nos anuncia que, efectivamente, ya estamos "flotando en el espacio" para que ese arrullo cósmico que da nombre al álbum nos introduzca en el clima general. Enseguida los vúmetros trepan al rojo con "Come together": electrificación valvular, magma ardiente, golpes primales. ¡Esto es rock! ¡Si hasta se nos está yendo el frío! Las impresionantes voces de la London Community Gospel Choir hacen el resto.
Llega el primer remanso con "I think I´m in love": wah wah y suspensión en la primera mitad; ritmo, tambourines y cuelgue en la segunda. "All of my thoughts" comienza como un resabio de los Spectrum (la otra mitad de los originales Spacemen 3) para luego trepar al ruido y la electrificación, dándole pie a uno de los momentos más hermosos del disco: esa plegaria llena de Soul ("Alma") que es "Stay with me". Y ya nos sentimos reconfortados: el mundo puede seguir ahí afuera con sus mezquindades y miserias, que acá adentro todo es belleza y sonido. Una caricia en forma de canción que -ojalá- nunca termine.
Otro pico de electrocución ("Electricity") conduce a un nuevo remanso de estática demencial ("The individual"): saxos rotos, toneladas de Fuzz, monumento al ruido como generador de calor.
En el tramo final, "Broken heart" nos recuerda que en su plácido vaivén anida una canción de desamor y pérdida (tal vez, como en todo "Ladies and gentlemen...", compuesto poco después de la separación de Jason y su novia y ex tecladista del grupo, Kate Radley). La otra veta temática de Pierce, sin dudas, siempre tuvo que ver con la fe, los misterios del alma y la religión, presente en casi todos los títulos de sus canciones (en este caso, tenemos el instrumental "No God only religion"). El clímax Gospel, sin embargo, llega sobre el final del álbum con "Cool waves", antes del Tour de Force final de "Cop Shoot Cop…": últimos latigazos de guitarras y cacofonía sinfónica antes del aterrizaje.
Bonus* Como muchos recordarán, el booklet de "Ladies and gentlemen..." está armado a la manera de un prospecto de medicamento, con sus dosis aconsejadas, efectos colaterales y sintomatologías asociadas.
* Además de la London Community Gospel Choir, de la grabación participaron el Balanescu Quartet y Dr. John.
* Varias versiones en vivo de los temas de "Ladies..." pueden apreciarse en "Live at the Albert Hall", editado en 1998. En 2009 y 2010 Jason tocó de manera íntegra el álbum en el festival All Tomorrow Parties.