By Astilla
Los Replacements son el prototipo de banda que fueron todo lo que querían ser.
De estirpe netamente punkrocker, el grupo (también conocido como los ‘Mats) se formó en torno a la figura de su líder Mr. Paul Westerberg, uno de los songwriters más prolíficos de los ochenta. En sus inicios ejecutaban versiones de 999, The Lurkers y Johnny Thunders, pero promediando su carrera definieron un estilo tan único y rico que resulta imposible eludirlos para entender la música alternativa norteamericana.
Oriundos de la ciudad de Minneapolis, Minnesota, también se destacaron por mantener una disputa con sus coterráneos Hüsker Dü, que no sólo involucraba el terreno musical: principalmente se disputaban el favoritismo de su sello discográfico, Twin/Tone. A pesar de que nunca quedó en claro si dicha contienda tenía una doble intención o no, lo cierto es que ambos se influenciaron por los sonidos del otro.
Para 1984 los ‘Mats eran tan conocidos por sus canciones como por su caótico comportamiento abajo y arriba del escenario: eran famosas sus presentaciones a medio terminar (los bootlegs son testigos de sus desprolijos shows en vivo, e incluso se llegó a decir de ellos que comenzaban más temas de los que terminaban). Pero ante todo, los Replacements eran conocidos por su honestidad, lo cual no es moco de pavo.
“Let It Be” -editado ese mismo año- fue un punto de quiebre, en el que enriquecieron su fórmula sin temer incluir influencias del blues, del jazz y de cuanto estilo se les ocurriera. Una canción clave para desmenuzar la placa es “Unsatisfied”. Cuenta la leyenda que un amigo cercano al grupo le dijo a Westerberg que lo veía muy satisfecho con el rumbo musical del cuarteto; que dentro de esa tranquilidad no lo notaba propenso a los cambios y que le iba a costar horrores abandonar el Punk. La reacción de Paul fue inmediata: cogió una guitarra de doce cuerdas y parió esa intro hermosa, delicada, determinante. Y en parte, el destino del grupo cambió para siempre.
El primer corte del disco fue justamente el tema que abre la placa, “I Will Dare”, probablemente los tres minutos más lindos que hayan salido de Norteamérica en los ochentas. Westerberg se encargó de la mandolina y Peter Buck de R.E.M. del solo de guitarra. De hecho, Buck fue contactado para producir el álbum, pero declinó la oferta debido a que el conjunto aún no tenía compuesto material suficiente. Las radios universitarias ya contaban a los ‘Mats entre sus grupos favoritos y esta canción terminó de redondear el enamoramiento.
Sorprende que detrás de semejante belleza Pop aparezca “Favorite Thing”, un tema crudo que muestra el estado embrionario de los muchachos. En la misma sintonía se encuentra “We’re Comin’ Out” y su desparpajo juvenil. La trilogía salvaje culmina con “Tommy Gets His Tonsils Out”.
“Androgynous” es toda una revelación. Con la mayor naturalidad, Westerberg se hace cargo del piano dando a luz una canción tan sensible como inusitada, otorgándole un matiz único al álbum. Pero su costado feroz e indomable se oye al final de la canción, cuando deja de lado su tono intimista para golpear las teclas y abandonar de un porrazo el tono emotivo. El lado A de la edición original culminaba con una desprolija versión de “Black Diamond”, de Kiss, interpretada a mitad de camino entre la seriedad y la burla (aparentemente, a Simmons y Stanley nunca les cayó bien este chascarrillo).
El Lado B abría con la genial “Unsatisfied” (el “Satisfaction” de los chicos de Minneapolis). Intimista y melodioso al mismo tiempo, Westerberg deja la garganta en cada estrofa y demuestra, una vez más, que su composición estaba varios peldaños por delante de sus competidores.
Después esta canción, cualquier otro grupo bajaría la persiana y contemplaría seriamente ponerse un kiosco 24hs. Los Replacements, en cambio, prefirieron salir con “Seen Your Video”, el momento más pesado del álbum, donde se burlan a diestra y siniestra de los grupos que aparecían permanentemente en aquellos albores de la MTV.
“Gary's Got a Boner” vuelve a mostrar la testosterona del conjunto, dando paso a “Sixteen Blue”, una bella canción que Westerberg le dedicó al bajista Tommy Stinson (hoy en día en Guns N’ Roses…) al momento de cumplir sus tiernos dieciséis años (o sea, solamente dos años antes de que “Let It Be” fuera publicado).
Entre los mejores cierres de un disco en la historia de la música se encuentra “Answering Machine”. Ni siquiera hizo falta el resto del grupo: una vez más Westerberg se erige como figura y con tan sólo su voz y su guitarra (esta vez eléctrica) es capaz de emocionarnos con un relato frío y solitario, donde se pregunta “¿cómo le decís te extraño a un contestador automático?”. Su interpretación con las seis cuerdas demuestra, por si hacía falta, que su técnica es única y especial para el grupo que comandaba.
BonusTras “Let It Be”, los ‘Mats ficharían con el sello Sire, el mismo que los Ramones. Sus detractores los señalarían por haber abandonado su espíritu indie. Pero la suerte nunca estuvo de su lado: el éxito jamás golpeó sus puertas. Mejor. De esta manera, su culto será eterno.