Ok: probablemente el por entonces joven Beck Hansen haya sido uno de los grandes hypes de los 90. Pero con "Odelay" (1996) las expectativas estaban fundadas: el disco funcionaba, era entretenido, tenía ideas y buenos temas, a pesar de su andamiaje de cut & paste y laboratorio detrás.
A continuación, el californinano sorprendió con el folk lo-fi pastoral y reflexivo de "Mutations": un disco que retomó elementos de "One foot in the grave" (1994) y puso sobre el tapete -además de sus aptitudes para el kistch y el remix cultural- su talento como compositor de canciones.
La pregunta es ¿qué le pasó después a este muchachito? Sus discos se hicieron cada vez más pretenciosos ("Midnight vultures") aburridos ("Sea change") o ambas cosas a la vez ("The information", "Modern guilt") y su talento se fue desdibujando. Como sea, este verano tórrido en Buenos Aires es una buena oportunidad para tirarse debajo de un alero con una heladerita llena de cervezas frías y volver a los sonidos de "Mutations".
Los slides de "Bottle of blues" y "Canceled check" están ok y "Cold brains" podría ser una cruza con los contemporáneos Beta Band. Buenas canciones, al igual que el coqueteo Bossa de "Tropicalia". Las quietas "Nobody´s fault but my own" -con sus arreglos de sitar- "Dead melodies" y "We live again" dan la clave reflexiva entre la polvareda general del álbum.
Recién sobre el final, con "Diamond bollocks", el disco retoma algo de la suciedad/ pastiche de "Odelay" y aledaños.
Beck- discografía cercanaOdelay (1996)- Mutations (1998)- Midnight vultures (1999).