Revista Música

Discos: Street hassle (Lou Reed, 1978)

Por Bruno
Discos: Street hassle (Lou Reed, 1978)I Los años 70´s fueron fructíferos y desparejos para Lou Reed.
Luego de un comienzo tibio de su carrera solista (Lou Reed, 1970) y de disfrutar sus quince minutos con Transformer (72) Lou cerró aquel primer lustro con el controvertido Metal machine music (75). Un producto invendible y un fracaso comercial y artístico que puso al artista al borde de la quiebra.
Pero en el mismo 1975 Reed tuvo otra chance y logró salir a flote con Coney Island Baby, un correcto disco de rock básico, sin gestos vanguardistas, que aún así se ubica entre lo mejor de su carrera. Otro buen álbum, Rock and roll heart (76) continuó en la senda de sonidos más ortodoxos, si se quiere.
II Tras dos años de parate, no obstante, el ex Velvet volvió a sacudirse la modorra y en 1978 entró a los estudios Record Plant de New York para grabar Street Hassle. Un disco que -mirado en perspectiva- bien puede ser el último de los discos "malditos", verdaderamente "sucios" de Lou. Porque si de suciedad y clima ominoso hablamos, pocos álbumes se le pueden acercar a Street Hassle.   En cuanto al tracklist, Street hassle alterna entre los temas grabados en New York y canciones registradas en vivo en Munich, Alemania. El comienzo es con "Gimmie some good times", un bizarro collage de viejos temas del propio Lou como "Sweet Jane" y voces que se doblan y superponen, creando un registro extrañamente irritante y desenfocado.
"Dirt", el segundo track, deja en claro que aquí nada será amigable. Tras una breve intro de un bajo y una guitarra ebrios, la voz de Reed gana el primer plano para construir un tema denso y arrastrado. El mejor Lou estaba de vuelta, con una letra que describe con saña y mala leche la mugre de gente que uno se cruza en una gran ciudad. Parafrasea y ridiculiza a los Clash cuando canta: "I fought the law/ and the law won".
La pieza central del álbum, no obstante, es la que le da nombre al disco. Una "oda" (como la homenajearon los fantásticos Spacemen 3) de casi 11 minutos dividida en tres partes. Con el telón de fondo de unas cuerdas de cámara, "Waltzing Mathilda" describe la aventura de una mujer en busca de un taxi boy, mientras que "Street Hassle" cuenta en tres minutos y medio y de forma descarnada como la mujer muere de sobredosis, todo contado a través de los ojos del taxi boy y un amigo. El final de la opereta es con "Slip away", que incluye un breve monólogo a cargo de un joven Bruce Springsteen.
Experimentación y libertad total para un Artista de rock.
  Discos: Street hassle (Lou Reed, 1978)El lado 2 comienza con la jazzeada "I wanna be black": un blues de cabaret con consumiciones de barbitúricos y una letra, aún hoy, incorrectístima: "I wanna be black, have natural rhythm/ Shoot twenty foot of jism too/ and fuck up the jews".  
"Real Good Time Together", por su parte, sigue con la experimentación y flota sobre guitarras y la voz de Lou, nuevamente doblada, a la que se suman unos extrañísimos coros femeninos. 
"Shooting Star" es Reed 100%: arrastrada, desprolija. Y de "Leave me alone" (aquí conocida por la poderosa versión de Sumo) podría decirse lo mismo: un tanque avanzando a pura cizaña para catalogar toda esa gente de mierda que uno quisiera sacarse de encima ("Don't you know some people, they just don't know when to stop/  And they're always the first to say, the state you come from"). Dos detalles: los coros todo el tiempo repitiendo "uh uh ah ah" y ese saxo tan Petinatto...grabado allá en Munich). 
El cierre es con "Wait", un tema algo más luminoso, después de los minutos que pasamos "en el sótano" de la conciencia de un Lou Reed venenoso y maldito, tal vez por última vez.
Sin embargo el carácter de Street hassle es ambiguo: denso y claustrofóbico por un lado, y lleno de libertades artísticas, musicales y póeticas por el otro. Ah, y con un gran y despreocupado "fuck you" entre cejas.

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