Revista Infancia

Discúlpame por no ser una super madre

Por Marias

Confesiones de una no super mamá

No soy una super madre.

No hice ejercicio durante mis embarazos y tampoco comí para mantener la linea. Al contrario, me puse gorda como una elefanta y caminaba de vez en cuando, pero a paso de tortuga, porque si intentaba dar grandes zancadas o ir rápido, la vejiga me jugaba una mala pasada. Me daba mucha pereza ir a clases de yoga o pilates para embarazadas, disculpadme si he pecado.

Cuando nacieron mis hijas, no perdí peso enseguida. Seguí con mi forma de "botijo" durante casi un año, después de ambos embarazos. Disculpadme si me gusta comer y no tengo fuerza de voluntad para hacer dieta.

Mis hijas no fueron lactantes. La primera porque fue prematura y no podía darle el pecho y la segunda porque no se agarraba al pecho y a la semana dejé de intentarlo ya que no tenía ganas de llevarme un berrinche en cada toma y mucho menos, que mi hija pasara hambre. Si tomaron leche materna ya que me la sacaba con el sacaleches, pero mis dos hijas han sido niñas de biberón. Disculpadme por no ser de la liga de la teta.

Para dormir a mis hijas mientras han sido bebés, las he dormido acunándolas en mis brazos (o los de su padre), no he tenido el valor de dejarlas en la fría cuna, solas, para que se acostumbraran a dormir sin mimos. Discúlpame si no he sabido usar el "método Estivill" y dejarlas llorar durante horas hasta que se durmieran.

Cuando mis hijas lloran, voy corriendo a ver que les pasa y las cojo en mis brazos para calmarlas. Disculpadme si no sé dejarlas que se calmen solas y se acostumbren a que no siempre está mamá para ayudarlas.

Cuando intento mantener una conversación con un adulto, la tengo que cortar no se cuantas veces, porque mi hija mayor viene a contarme sus cosas, y en otras ocasiones tengo que salir corriendo detrás de mi hija pequeña porque está a punto de subirse al columpio mas difícil del parque. Disculpadme si no las tengo educadas para que no interrumpan una conversación o para que no se suban donde no deben.

No siempre tengo tiempo para poder maquillarme antes de salir, ya que primero tengo que: preparar ropa para dos, hacer que se laven los dientes las dos, lavarles la cara, peinarlas y vestir (a la pequeña), preparar la mochila que me llevo a la calle con pañales, toallitas y la botella de agua sin olvidar de coger mi monedero y mi teléfono. Disculpadme por tardar media hora en salir de casa y salir sin arreglar.

Si apenas tengo tiempo de maquillarme ya de ir a la peluquería ni hablemos. Discúlpadme por llevar mis canas al descubierto y no tener perfectas la pedicura y manicura.

A mi no me gusta que sean maleducadas ni irrespetuosas con su entorno y la gente que les rodea y ni puedo pasarles por altos ciertas conductas y muchas veces soy la típica madre que las mete cuatro voces o las da un azote o las castiga sentadas un rato para que piensen lo que han hecho. Disculpadme por regañarlas en mitad del supermercado o en el parque y hacer que sus llantos, por regañarlas, lleguen a molestarte.

No voy a obligar a mis hijas a que hagan cosas que no quieran o no les gusten. A la mayor siempre le pregunto que actividades extraescolares prefiere hacer, y hay años que no quiere apuntarse a nada, y obviamente, si ella no quiere, pues no va a nada. Disculpadme por no tenerla todas las tardes agobiada con natación o inglés o baile o música.

Hace años que en mi cama duermo acompañada de mis hijas y no de mi marido. Disculpadme por dejar que el colecho se me haya ido de las manos.

No me considero una super madre. No soy capaz de dejar que mis hijas lloren sin saber por qué, no puedo no levantarles la voz si estamos fuera de casa, no puedo irme de vacaciones sin tener que salir corriendo detrás de ellas o decirles que no se "tiren cerca del bordillo que se van a abrir la cabeza", no puedo hacer dieta, no puedo salir a correr, no puedo salir de compras sin tener que estar constantemente diciéndoles que estén a mi lado y no toquen nada, no puedo evitar decirles que "no puedo porque estoy cansada"...

Así que tú, que si te crees una super madre que puede con todo eso y más; no me mires por encima del hombro si todo esto te molesta. Te pido disculpas si te he ofendido con estas palabras, pero ten una cosa muy presente: las super madres no existen. Así que asume que eres como yo y podrás ser feliz, sin tener que aparentar lo que no eres.


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