Revista Cocina
Lo que no se ha dicho pero sí se comenta sobre lo sucedido esa noche en Zarzuela
El discurso del rey la pasada Nochebuena nos sorprendió a todos, o al menos a muchos de nosotros, y no precisamente por su contenido, algo en lo que ya hace años la gran mayoría de los españoles no repara en exceso. La que se puede definir como gran novedad fue la pose de don Juan Carlos, sentado sobre la mesa de su despacho. Más de uno se pregunta cómo es que el rey, aún no totalmente recuperado de la última operación de cadera, posa de esta guisa cuando lo lógico es que apareciese como en años anteriores sentado en la silla que podemos ver en la foto, sería lo más lógico y lo más normal para alguien todavía convaleciente.La primera clave para entender esta novedosa situación, la encontramos en esta segunda foto.
En una de las tomas de TV se pudo ver como su majestad tiene una colección de fotos familiares en su despacho, pero curiosamente, bien porque ya no figure entre ellas de forma habitual, o porque fuera retirada ex profeso para el discurso, en ninguna de ellas aparece su yerno, Iñaki Urdangarín, que como se ha comentado en los medios de comunicación, acudió al Palacio de la Zarzuela con su esposa la infanta Cristina y sus hijos a la cena de Nochebuena.Según comentan los profesionales de TV allí presentes, aunque en los mentideros televisivos quien propaga solapadamente la noticia es Jaime Peñafiel, Iñaki habría trasladado a su suegro su malestar por su ausencia en el panel de fotos familiares, y tras unos segundos de reproches mutuos, en los que al parecer el duque de Palma amenazó al Rey con confesar la verdadera razón de su último problema de cadera (un twist compartido con su ojito derecho, la infanta Elena en una noche de whiskys y tertulia entre padre e hija),Iñaki, en un intento de boicotear el discurso, se situó debajo de la mesa de su suegro sin atender a razones de ningún tipo. El Rey, ante la necesidad de iniciar el rodaje, optó, de acuerdo con los profesionales encargados de la grabación, por sentarse sobre su mesa ocultando de este modo la imagen de su yerno en cuclillas bajo la misma.
Toda esta surrealista situación se produjo, como podemos ver en el "making of" de TVE, ante la vigilante mirada del príncipe Felipe y con una escalera metálica como insólito testigo presencial del momento.Finalizado el discurso, y tras unos momentos de alta tensión (se comenta que el príncipe llegó a zarandear a su cuñado), la escena acabò de forma sorprendente con la huída despavorida del duque de Palma tras la amenaza de su cuñado de avisar a la guardia real para que le expulsara de Zarzuela Podemos verla en la siguiente instantánea, por cierto no divulgada por ninguno de los medios audiovisuales que ofrecieron el discurso de su majestad.
Esto es a grosso modo lo sucedido, o al menos lo que Peñafiel va contando con la boca pequeña a sus amigos y conocidos del mundillo periodístico, pero la verdad, esta verdad, nunca la conoceremos, y quedará, sin duda alguna, entre los documentos clasificados de nuestra monarquía. Puede que tal vez, dentro de unos cuantos años, se desclasifique, y se pueda conocer la verdadera realidad de lo que sucedió en el Palacio de la Zarzuela la noche del pasado 24 de diciembre, o puede que nunca lo sepamos.... pero para los allí presentes será recordada durante mucho tiempo, y seguramente pasará a formar parte de la extensa relación de leyendas urbanas de nuestro monarca.