Agua caliente. Burbujas. Música relajante. Un buen libro. Una copa de vino... ¿Hay algo mejor que tomar un buen baño después de un largo, larguísimo día de trabajo?
Lo cierto es que, al menos para mi, no lo hay. Más cierto es que las únicas razones por las que no tomo un buen baño más a menudo son mi conciencia ecológica ( ¡ahorremos agua muchach@s!!!), y ese pequeño angelito de 2 años que tengo en casa y que, literalmente, no me deja sola ni para ir al baño. :P
Ahora, en un mundo ideal, en el que no tuviéramos que preocuparnos por el desperdicio y la falta de agua en algunas poblaciones y épocas del año, lo único que podría mejorar esa experiencia sería una como las que les traigo en el post de hoy: hermosas, cómodas y sobre todo, bien diseñadas.
¿Qué les han parecido? ¿Con cuál se quedarían?