Cuando el matemático, fotógrafo y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson o más conocido con su seudónimo como escritor, Lewis Carrol (Alicia en el país de las maravillas, Solitude, Alicia a través del espejo, etc...) además de un brillante escritor, también tenía una mente inquieta que lo llevó a registrar un gran números de inventos. Entre todos ellos, permitidme que me centre en el que nos interesa, se le ocurrió imprimir el título de los libros en el lomo para tener mayor facilidad a la hora de buscarlos. Simplemente brillante. No ahondaré en la vida de este enigmático personaje pues daría para varios debates muy interesantes (seguro que acabaríamos hablando de Jack el destripador), así que avanzaré unos cuantos años, no muchos.
Lo que la lógica nos cuenta es que hay tres formas de hacerlo y todas ellas son válidas. pero hay una mucho más cómoda, como bien apuntó el maestro José Martínez de Sousa en su obligatoria e imprescindible obra "Diccionario de edición, tipografía y artes gráficas". Dice de Sousa:
"Título de lomo: Título que figura en el lomo del libro. Al igual que en el caso del título de cubierta, el lomo no siempre refleja exactamente, en su grafía, contenido y disposición, el de la portada. Según la forma de disponer el título en el lomo, recibe aquel una determinada denominación. Se llama título transversal cuando, por su extensión o su forma de composición, permite colocarlo paralelo a la cabeza y pie del libro; se llama título ascendente cuando se lee de abajo arriba, y se llama título descendente cuando se lee de arriba abajo. Cuando el título es demasiado largo para que adopte una disposición transversal, la costumbre tradicional, tanto en el mundo latino como en el anglosajón, era la de colocarlo de forma ascendente, es decir, de manera que se leyera de abajo arriba, porque de esta manera se lee con más facilidad que a la inversa cuando se coloca el volumen en una estantería."Sin embargo, y aquí es donde siempre discuto con mis amigos diseñadores cada vez que sale el tema (y creedme, sale muy a menudo ¬¬), en 1948 la asociación de Libreros de Gran Bretaña e Irlanda cambió de opinión y recomendó que se hiciera a la inversa. Si nos ponemos quisquillosos, la norma UNE 50-120-92, versión por la Aenor de la norma ISO 6357:1985, establece que el título debe disponerse de arriba abajo, y añade: “Esta forma de título en el lomo se lee fácilmente cuando el libro está situado horizontalmente con la cubierta hacia arriba”.
¿Veis el punto justo donde siempre acabo discutiendo? Si la lógica dice que como mejor se lee el lomo (recordáis a Lewis Carrol y su gran idea de anotar el título del libro en el lomo para localizarlo mejor en las estanterías?) es de abajo arriba, ¿qué sentido tiene cambiarlo? Si tengo un libro sobre la mesa, evidentemente no voy a leer su título desde el lomo, lo haré desde la cubierta...fin de la historia.
A grandes rasgos y para no hacer eterna esta entrada todo lo que os he contado se puede resumir en esto:Por norma general este es el contenido que debería tener el lomo (spine):
- Título
- Nombre del autor
- Logo de la editorial o marca del editor
- y si procede el número del volumen o tomo.
A tener en cuentaCuando los libros pertenecen a colecciones o series, hay que prever y dejar bien claro donde van todos los elementos para no romper la línea visual al colocarlos todos juntos en una estantería. No digo que esta práctica sea una norma, que debería serlo, pero es altamente recomendable para evitar lectores defraudados.Personalmente, siempre he preferido que el lomo de todos mis libros estén diseñados de forma ascendente y así se lo hago llegar a mis clientes, pero como todo, es cuestión de gustos ;)
Y vosotros, ¿Os habías dado cuenta de esta particularidad?