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Diseño industrial, patentes y plagios

Publicado el 09 septiembre 2012 por Wis_alien

Desde hace meses e incluso años está en el día a día de los amantes de la tecnología el inacabable debate sobre qué empresa tiene o no razón en las multitud de denuncias cruzadas que se dedican las grandes empresas tecnológicas. Últimamente los dos gigantes en conflicto son la estadounidense Apple y la coreana Samsung. Ambas mantienen mil y una batallas legales en tribunales de medio mundo, pues ambas entienden que la otra ha violado sus patentes en alguno de sus dispositivos.

Diseño industrial, patentes y plagios

Las dos batallas más recientes de esta nueva clase de guerra han tenido lugar en Seúl, Corea de Sur, y en San José, Estados Unidos. Es decir, la primera en la patria de Samsung y la segunda en la de Apple; y como suele pasar también en fútbol, cada empresa ganó su partido en casa.

El tribunal coreano concluyó que ambas compañías habían violado patentes, de modo que a parte de las ridículas multas correspondientes, el juez vetó la venta de ciertos dispositivos de ambas empresas. Apple se queda únicamente con el iPhone 4S y el nuevo iPad (quedan vetados el iPhone 3GS, el iPhone 4, el iPad original y el iPad 2); mientras que Samsung pierde viejos modelos, pero salva sus estrellas: el Galaxy S2, el Galaxy S3 y el Galaxy Tab. Victoria por la mínima como local para Samsung.

Al día siguiente se jugó el partido de vuelta en California. Aquí el jurado popular concluyó que Samsung había violado varias de las patentes de Apple y le impuso una multa a modo de indemnización de más de mil millones de dólares. Multa que, por cierto, apenas supondrá un pequeño pellizco en la cartera de la gigante coreana. Por otro lado, Apple quedó libre de toda culpa, aunque a diferencia de lo que sucedió en Corea, por ahora el juez del caso no ha vetado la venta de los dispositivos Samsung que han violado patentes de Apple. Eso sí, conociendo que el veredicto es que Samsung copió a Apple de forma deliberada, es muy posible que tarde o temprano se dé este caso, o al menos que Apple lo intente.

Las patentes en conflicto

Hasta aquí todo más o menos normal: son dos empresas que se han denunciado mutuamente en gran variedad de ocasiones y unas veces ha ganado una y en otras la otra. Sin embargo, en este último juicio ha habido bastante más debate del habitual, pues varias de las patentes violadas se tratan de patentes “de diseño” y mucha gente entiende que algo así carece de sentido. En concreto, en este último juicio Apple demandó a Samsung por violación de cuatro patentes relativas al diseño y tres relativas al software.

Diseño industrial, patentes y plagios

Tabla con el veredicto del tribunal acerca de los teléfonos y patentes en conflicto.
Fuente: The Wall Street Journal.

Patentes relativas al software (utility patents en inglés):

  • ’915: Describe el funcionamiento (más correctamente la API) del desplazamiento al mover el dedo arriba y abajo. Es el llamado “desplazamiento natural” que va en la dirección en la que desplazas el dedo, es decir, la dirección contraria al scroll que hacemos con el botón central de los ratones. Fecha de presentación: 7 de enero de 2007. Ver PDF.
  • ’163: Describe el funcionamiento general de la interfaz de usuario del iPhone, principalmente el pulsar para ejecutar aplicaciones o funciones según lo que aparezca en la pantalla. Personalmente me parece una patente demasiado genérica en la mayoría de lo que describe. Fecha de presentación: 4 de septiembre de 2007. Ver PDF.
  • ’381: Describe el efecto “rebote” al desplazar una lista, imagen o elemento más allá del borde de la pantalla; así como los movimientos multitáctiles de rotación con dos dedos y el zoom ”pellizcando” la pantalla, es decir separando dos dedos. Fecha de presentación: 14 de diciembre de 2007. Ver PDF.

Patentes relativas al diseño:

  • ’305: Describe la interfaz de usuario de pantalla de inicio del iPhone, es decir su característica cuadrícula con iconos redondeados. Fecha de presentación: 23 de junio de 2007. Duración: 14 años. Ver PDF.
  • ’087: Define el iPhone como dispositivo electrónico, así como su forma, botones y conexiones. Fecha de presentación: 30 de julio de 2007. Duración: 14 años. Ver PDF.
  • ’677: Redefine el iPhone y protege su diseño ante dispositivos con tamaños y escalas diferentes, así como para nuevos dispositivos e incluso juguetes. Personalmente esto último lo veo como algo bastante abusivo y fuera de lugar. Fecha de presentación: 18 de noviembre de 2008. Duración: 14 años. Ver PDF.
  • ’889: Describe la forma básica de una tableta. La patente es tan antigua que ni existía el iPhone, pero sí representa lo que ahora es el iPad. Fecha de presentación: 17 de marzo de 2004. Duración: 14 años. Ver PDF.

Esta última patente fue la única que el jurado determinó que Samsung no había violado en ninguno de sus dispositivos. Me parece algo coherente viendo que la patente define la forma de lo que con el tiempo se convirtió en el iPad, pero de una forma demasiado genérica. Como se puede ver en las patentes de diseño (no he encontrado el dato en las de software), todas tienen una duración. Esto es debido a que el objetivo principal de una patente es otorgar el monopolio de explotación de la misma a la empresa o persona que ha producido dicha innovación durante un tiempo determinado.

Ahora bien, centrémonos en las patentes ’087 y ’677. Dejando de lado el hecho de que a mi modo de ver la ’677 es demasiado restrictiva, me parece que ambas patentes tienen su lugar de ser y son necesarias.

Patentando ‘un’ smartphone o ‘el’ smartphone

A primera vista puede parecer que estas dos patentes describe la forma del iPhone de una forma muy genérica para poder ser patentado: un rectángulo con bordes redondeados donde la pantalla ocupa la gran mayoría de la superficie del dispositivo. La visión de muchos es que esto supondría lo mismo que patentar el smartphone, o que un coche tiene volante y espejos. Lo siento pero no estoy de acuerdo.

Apple nos ha enseñado desde su creación que el diseño es muy importante, y que incluso el más mínimo detalle importa. Y lo cierto es que se está realizando un cambio de mentalidad en los consumidores, que pasamos de conformarnos con que algo funcione a querer que, además, también sea bonito o agradable a la vista y al uso. Hoy en día es imposible no estar pendiente de cómo son las cosas, cómo están diseñadas. Es cierto que el fin último de, por ejemplo, un coches es permitirnos desplazarnos de un lugar a otro más rápido, y que el diseño poco influye en esto. Tengamos un coche más o menos aerodinámico únicamente va a permitirnos llegar en menor o mayor tiempo, pero si es bonito o feo, no es algo crucial en absoluto. Sin embargo, a todo el mundo le gustan unos coches más que otros: cada diseño tiene su forma, su estilo, y su carácter que lo hace único.

Diseño industrial, patentes y plagios

Morro del Alfa Romeo Giulietta y faros delanteros del Audi A4.

En este sentido y poniendo un ejemplo sencillo, el diseño que me resulta más característico de Audi, aparte de los cuatro aros de su logo, son sus faros delanteros. La forma tan cuidada que tienen que te permite reconocerlos al instante y sirven también como otra seña de identidad de la marca. Lo mismo ocurre con la preciosidad de morro de los Alfa Romeo; solo con verlo reconoces automáticamente la marca.

Supongamos ahora que Alfa Romeo patenta (desconozco si así es el caso, o si está permitido hacerlo o no en Europa) la forma externa de su modelo Giulietta, con su morro, sus preciosas luces traseras, sus retrovisores y demás elementos de su carrocería. ¿Diríamos que Alfa Romeo ha patentado el coche? Evidentemente no. Sencillamente habría patentado un coche, su modelo Giulietta.

Del mismo modo, Apple ha patentado un smartphone, el iPhone, con una forma externa determinada. Al igual que un coche se caracteriza básicamente por la presencia de una carrocería con sus ruedas, espejos y volante; un teléfono móvil lo hace por su pantalla, antena y teclado (si tiene). Antes de la aparición del iPhone había móviles de muy diversas formas y tamaños, y es cierto que actualmente todos se le parecen en cierto modo al haber ido desapareciendo paulatinamente el teclado físico; pero es igualmente cierto que se pueden hacer muchos diseños diferentes sin plagiarlo descaradamente como ha hecho en esta ocasión Samsung con varios de sus terminales. Sin ir más lejos, los teléfonos Lumia de Nokia son un gran ejemplo de que se pueden hacer cosas nuevas y de calidad si lo intentas. En el mundo Android y sin dejar Samsung, es posible que la coreana esté aprendiendo finalmente la lección en su nuevo Samsung Galaxy S3, pero habrá que esperar para ver si con futuros modelos no vuelve a recaer en la copia intencionada.

Diseño industrial, patentes y plagios

Ejemplo de teléfonos Samsung antes (izquierda) y después (derecha) del iPhone.

El tema de las patentes relativas de software que ha violado Samsung es más complicado. He utilizado muy pocos dispositivos con Android, así que desconozco si los gestos de dichas patentes son algo propio del sistema operativo o únicamente aparece en la versión modificada de Samsung para sus dispositivos. Por tanto, no opinaré sobre el tema, pero lo que sí me parece necesario destacar son los gestos multitáctiles patentados por Apple. Actualmente nos parece que estos gestos son la manera natural de interactuar con una pantalla táctil y que no se podría hacer de ninguna otra forma. Puede que así sea, pero debemos darnos cuenta de algo fundamental. La utilización del número cero es algo que nos parece normal y trivial actualmente, pero tardó muchos siglos en hacer su aparición y casi nadie lo echó en falta hasta entonces. De igual forma, la navegación en una pantalla táctil no era algo natural hasta que Apple dio el primer paso y definió la forma de interactuar con ella. Crear algo nuevo no es fácil, aunque visto en perspectiva nos parezca una cosa completamente lógica.

Así pues, con su iPhone Apple ha patentado un smartphone, no el smartphone.

Diseño industrial e innovación

El diseño siempre ha sido una pieza clave en la distinción de un producto y cada marca debe tratar de buscar el suyo propio. Es cierto que la tendencia del mercado puede hacer que dos o más productos se parezcan, pero es imprescindible que cada uno mantenga su identidad. En este sentido las patentes de diseño limitan que dos productos se parezcan demasiado y favorece que cada marca trate de buscar su identidad propia. Como bien titula Enrique Dans su post (con su contenido no estoy demasiado de acuerdo): “el valor de la innovación no está en evitar que te copien, sino en conseguir que todos te quieran copiar”. Es completamente cierto: innovando y haciendo las cosas bien es normal que te quieran copiar. Pero copiar ideas del trabajo ajeno bien hecho no implica fusilarlo completamente sacando al mercado un producto casi idéntico. Existe una enorme diferencia entre copiar una idea o diseño ajeno y moldearla para adecuarla a tu propio estilo, y plagiarlo completamente.

Diseño industrial, patentes y plagiosApple patentó la forma del iPhone por ser la primera compañía que se atrevió a innovar lanzando un dispositivo así en el año 2007. Muchos lo consideraron una locura y algo que no iba a dar resultados por su falta de botones y teclas, pero de este salto al vacío dio lugar una nueva generación de teléfonos móviles. Y curiosamente lo mismo ocurrió antes con el iPod en 2001 y posteriormente con el iPad en 2010. Que la realización de dispositivos con una forma similar esté protegida por esta patente es algo completamente normal, por muy común que pueda parecer su diseño actualmente. En su momento el iPhone era el único de su clase, y Apple la única que presentó una innovación probando ese diseño. Tan trivial no puede ser si el resto de marcas no tenían un dispositivo así.

Por tanto, el resto de compañías debe buscar otros diseños que se conviertan en su imagen, nuevas formas, posibilidades y configuraciones, algo que sin duda alguna beneficia y favorece la innovación. Lo que sí que me parece abusivo es que en la patente ’677 se prohíba fabricar incluso juguetes con esa forma, pero ese es otro tema que tiene más que ver con el caos que supone el sistema de patentes de EEUU. Y es que a mi modo de entender las cosas, las patentes deberían aplicarse únicamente a dispositivos que puedan competir en el mercado con el tuyo, no a todo en general.

Volviendo al resultado del juicio, mientras que Apple declaró en una carta interna de Tim Cook a sus empleados que “los valores [de la compañía] han ganado”; Samsung, en su nota de prensa tras conocerse el veredicto del jurado, dice, entre otros disparates, que el resultado del juicio provocará “menor número de opciones, menos innovación y precios potencialmente más altos”. Me río yo del morro que le echan al asunto… Es completamente cierto que el mercado se ve afectado si se retiran los productos de Samsung que han violado alguna patente (cosa que actualmente no ha sucedido), pues los consumidores (americanos en este caso) no podrán acceder a los mismos y sus opciones de compra disponibles serán menores. Pero decir que el veredicto limita la innovación es completamente absurdo. Es imposible que la innovación se vea perjudicada cuando uno o más de tus dispositivos tiene un diseño que es una copia casi idéntica de otro ya existente de otra marca. Si no has innovado con tu producto da igual que éste sea retirado del mercado pues no habrá aportado nada nuevo. Y se trata incluso de algo beneficioso al favorecer que se busquen nuevas alternativas, tanto de diseño como de funcionamiento. En cuanto a los precios, personalmente no veo una relación directa entre ambos asuntos, pero podría estar perfectamente equivocado.

El diseño industrial es una pieza clave en el desarrollo de un producto. No solo por su misión de hacerlo más agradable a la vista y el uso de los usuarios o consumidores, sino también porque aporta un valor añadido al producto y lo hace único en el mercado. Eso sin contar las maravillas que hay que hacer para conseguir meter en el interior de un dispositivo como un teléfono móvil o un portátil toda esa enorme cantidad de componentes, a pesar del grado de miniaturización que hemos logrado en nuestros días. Permitir que varios productos sean tan similares que con una sola inspección visual no sea fácil diferenciarlos no hace más que dañar la innovación y convertir el diseño industrial es algo nimio y casi carente de sentido.

En resumen…

Con todo lo expuesto hasta aquí no estoy tratando de defender a Apple contra estos malvados coreanos de Samsung. De hecho considero que si un tribunal determina que Apple ha violado patentes de la coreana, o de cualquier otra empresa, tenga que pagar su multa (ya sea económica o en prohibición de ventas). Todos somos (o al menos deberíamos ser) iguales ante la ley.

Sin embargo sí que estoy claramente de acuerdo con la postura de Apple, pues es claramente visible por todo el mundo que Samsung ha fabricado dispositivos muy parecidos en forma a los de la manzana mordida. Y los correos internos de los coreanos en los que se pedía trabajar para crear algo como el iPhone no dejan lugar a duda de que la copia es más que intencionada. Un aspecto que me llama mucho la atención es que incluso una funda para iPhone 4 encaje bastante bien en un Samsung Galaxy (no conseguí ver el modelo, aunque probablemente fuera un Ace), y los coreanos sigan diciendo que no están copiando a los de Cupertino. Esto sin contar que se puede dar la posibilidad de que un consumidor (muy) poco informado pueda llegar a confundir los terminales de ambas compañías. Ninguna de estas cosas deberían poder ocurrir…

Los diseñadores industriales realizan un trabajo en la sombra que suele ser muy poco valorado, y sinceramente me parece muy grave que no se puedan reconocer sus enormes aportaciones a la creación de la marca de una empresa. Para mí una patente relativa al diseño no solo es una ventaja para la compañía que ha producido un diseño innovador, sino que también es un reconocimiento a este esfuerzo y protege la propiedad intelectual de estos diseñadores. Con el paso del tiempo es muy fácil ver como algo trivial la forma de un dispositivo como el iPhone, y pensar que este diseño no debería estar patentado porque casi todos los smartphones se le parecen en mayor o menor medida, pero el salto al vacío con un trabajo innovador es lo más difícil que puede plantearse una empresa. El hecho de que hasta que salió el iPhone al mercado, gracias al trabajo de Jony Ive y su equipo y la confianza ciega de Steve Jobs, existieran teléfonos con infinidad de formas y tamaños da buena cuenta de lo complicado que es innovar, de ser diferente.

Diseño industrial, patentes y plagios

Con el tiempo, cuando las patentes expiren, el diseño del iPhone o de cualquier otro dispositivo pasará a poder utilizarse libremente. Hasta entonces solo queda negociar una licencia de uso, o lo que es mejor: trabajar en algo nuevo, algo innovador. La sociedad te estará muy agradecida.

¿Qué me motivaba? Creo que la mayoría de las personas creativas quieren expresar su agradecimiento por ser capaces de aprovechar el trabajo que otros han llevado a cabo antes que ellos. Yo no inventé el lenguaje ni las matemáticas que utilizo. Produzco solo una pequeña parte de mis alimentos, y ninguna de mis prendas de ropa está hecha por mí. Todo lo que hago depende de otros miembros de nuestra especie y de los hombros a los que nos subimos. Y muchos de nosotros queremos contribuir con algo para devolverle el favor a nuestra especie y para añadir algo nuevo al flujo de la humanidad.

Steve Jobs, en su biografía por Walter Isaacson

Lecturas recomendadas

Nota: En los PDF de las patentes no se debe confundir la fecha de concesión de la patente (Date of Patent) con la fecha de presentación (Filed). Obviamente, y de la misma forma que ocurre con los trabajos científicos, una patente tarda un tiempo en adjudicarse. Todos los PDF fueron obtenidos de Wired.


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