En España existen numerosos enclaves geográficos para aquellos viajeros que gustan de disfrutar del sol y el mar casi todo el año. En el sur de la Península Ibérica está uno de ellos, Matalascañas, una población costera que pertenece al municipio de Almonte (Huelva).
Buen clima, excelentes playas de fina arena blanca y un entorno natural privilegiado, en pleno Parque Nacional de Doñana, son algunos de los muchos atractivos que Matalascañas ofrece a sus visitantes.
La luz de Matalascañas
Matalascañas es una localidad llena de luz, no en vano disfruta de más de 3.000 horas del sol al año, lo que representa unos 300 días al año. Gran parte de esta luminosidad se debe al clima mediterráneo de Matalascañas, aunque las influencias atlánticas también hacen que las temperaturas medias oscilen bastante entre las máximas y las mínimas.
De esta forma, los meses de invierno en Matalascañas no son muy fríos, con temperaturas que no suelen bajar de los 10 grados centígrados. En cuanto al verano, sí que resulta verdaderamente caluroso, con temperaturas que en los meses de julio y agosto superan fácilmente los cuarenta grados a la sombra.
Respecto a las precipitaciones, la cifra se halla entorno a los 500 mm anuales, siendo los meses más lluviosos los de finales del otoño y los invernales.
Qué ver en Matalascañas
Además del fantástico plan de sol y playa, en Matalascañas también se pueden practicar el turismo cultural y el de naturaleza. El patrimonio de la villa cuenta con algunas joyas, como la Torre de la Higuera, una torre almenara que data del siglo XVI. Se halla en ruinas debido al tsunami que provocó el terremoto de Lisboa del año 1755, y que afectó duramente a muchas poblaciones de Huelva y Cádiz. Otras torres de almenara, que se utilizaban en el siglo XVI para vigilar y evitar los saqueos piratas, son las de San Jacinto, Zalabar, Carbonera, del Asperillo o la del Loro.
[Foto: by wikimedia]
Otros atractivos del patrimonio histórico-monumental y artístico de Matalascañas son el edificio donde se ubica el Ayuntamiento, la ermita de San Sebastián o del Cristo, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (situada en la plaza Virgen del Rocío, en la que también se erige el Monumento a la Patrona), y por supuesto el popular Santuario de Nuestra Señora del Rocío.
[Foto: by wikimedia]
En cuanto a los encantos naturales de la zona, en Matalascañas, además del Parque de Doñana, se puede recorrer el inmenso Parque Dunar, 130 hectáreas de dunas de arena de 10 metros de altura, y allí mismo visitar el Museo del Mundo Marino.
[Foto: by wikimedia]
Comer y alojarse en Matalascañas
Como en todo Huelva, la gastronomía de Matalascañas es muy conocida por sus buenos vinos, sus excelentes mariscos o los pescados frescos que se pescan en la misma costa onubense, destacando de manera especial las gambas de Huelva, el choco, la coquina o la mojama de atún, sin olvidar el exquisito jamón de Jabugo.
En lo tocante a los vinos, en la provincia de Huelva se halla una de las cuatro grandes denominaciones de origen del vino de la Comunidad de Andalucía, además de una de las dos denominaciones de vinagres aristocráticos: la Denominación de Origen Condado de Huelva y la de Vinagres del Condado de Huelva.
En cuanto al alojamiento, Matalascañas y su entorno disponen de una excelente oferta hotelera. Entre los hoteles de cuatro estrellas se hallan establecimientos como el Carabela Beach & Golf Hotel, el Vime Tierra Mar Golf o el hotel Cortijo Golf.
La oferta tres y dos estrellas la integran hoteles como el Doñana Blues, el Flamero, el hotel restaurante Toruño, la Malvasía del Rocío, el Hostal Rural El Rocío o el Rocío Doñana.
Qué hacer en Matalascañas
Ha quedado claro que Matalascañas posee un entorno natural privilegiado y un agradable clima, además de una excelente oferta hotelera y de restauración, pero además posee unas maravillosas playas donde disfrutar del mar y del sol, como la propia de Matalascañas, con cuatro kilómetros de extensión y que se adentra en el Coto de Doñana. Además cuenta con las cercanas playas de Islantilla, como la Playa de Castilla, de 20 kilómetros, la Mata del Difunto o la de Torre La Higuera.
La práctica de deportes es otra interesante propuesta, como el baloncesto, fútbol, la equitación o el golf, además de todos aquellos deportes relacionados con el mar, como el buceo, la pesca, la vela o el windsurf.
Mar, sol, playas, parques naturales, deliciosa gastronomía, buenos alojamientos y muchas posibilidades de entretenimiento hacen de Matalascañas un destino perfecto para el verano y a tener muy en cuenta el resto del año.
Créditos del artículo
Belén Valdehita, responsable del blog “Viajes para toda una vida”
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