Revista Educación

Disfruto del silencio

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Disfruto del silencio

Escuchando estos días a la portavoz del Gobierno de la Nación se me ocurrió que hoy podría escribir un poco sobre la escasa habilidad que tenemos últimamente para tolerar la disparidad de opiniones. ¿Podemos tener diferentes criterios sobre algo? ¿Es sano, de hecho, que lo tengamos? ¿Cómo va a avanzar el mundo si nos emperramos en que todos tenemos que opinar igual? Pues sí, a mí no me parece mal que entre veintitrés personas haya diferentes sensibilidades. Lo que veo un atraso es el pensamiento único.

En este sentido yo quiero entender, lo que pasa es que es más sencillo que se lo pregunten a él, ¿verdad? al propio vicepresidente. Lo que yo quiero entender es que sus palabras se enmarcan, por una parte, en una aspiración que todos tenemos siempre de mejorar la calidad de nuestra democracia, una tarea que nunca acaba, que siempre tiene, conforme te acercas a ella, se va alejando en el horizonte, como toda la calidad de todos los procesos que ocurren en la vida. Hay que tender a la perfección, circunstancia que no se suele producir y que mucho más cuando hablamos de la utilidad de la política y de la necesidad de legitimar la política, sobre todo ante la población joven, que a veces se encuentra alejada de lo que hacen los políticos o de lo que se promueve por parte de la acción política. Por eso digo que quiero entender que estas palabras del vicepresidente son una expresión de su vocación por mejorar permanentemente la calidad democrática del país, pero sobre todo tenéis que entender que se enmarcan dentro de una campaña electoral, en la que también el vicepresidente segundo es líder de una formación política que se presenta a estas elecciones, una formación política que claramente ha transmitido cuáles son sus pretensiones en términos de electorado y en términos de alianza. Y, por tanto yo, si me permites Kety, lo voy a enmarcar dentro de esa campaña electoral, pero como siempre digo no es esta mesa del consejo de ministros el traductor oficial, ¿verdad? De las palabras de los ministros, sino que si hay alguna duda, lo más sano, lo más sensato es preguntarle a ellos directamente para que aclaren esa posición.

Los tres párrafos anteriormente escritos no son míos. Corresponden a la portavoz del Gobierno de la Nación, preguntada por la posición de esa institución española respecto a las manifestaciones de su vicepresidente segundo sobre a la calidad de la democracia en España. Invirtió casi dos minutos de su valioso tiempo en decirlo.

Otro ejemplo:

La llamada "Ley Trans" no es necesaria y se está hablando de algo que nadie ha pedido. La atención a las personas transexuales está perfectamente cubierta por la atención sanitaria y social

Contundente se expresa el presidente del Partido Popular, cuestionado por las discrepancias en el seno del Gobierno respecto al borrador del anteproyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans. Yo no lo he leído, ni yo el 99 por ciento de los que hablan del asunto, pero ni por asomo pronunciaría esas palabras en mi vida.

Tendremos que seguir defendiendo la disparidad, la diversidad y la diferencia ante los muchos ataques que siguen produciéndose todavía.

Pero hoy prefiero defender el silencio.

Algún día entenderemos que no todo el mundo sirve para hablar de todo, y hasta los portavoces de un partido político, de un gobierno o de lo que toque, digo yo que tendrían que empezar a resolver sus intervenciones con frases concretas sin aburrir a la gente durante dos minutos: "Esta intervención del señor vicepresidente se produce en el marco de una campaña electoral y no compromete al gobierno del que forma parte. Siguiente pregunta". "No he tenido ocasión de leer el borrador del anteproyecto, pero lo haré y les informaré en cuanto lo haga". ¿No sería mucho mejor y más inteligente por su parte?

Lo mismo deberíamos disculpar a los políticos (y las políticas) metepatas, que solo tienen un micrófono delante de la boca cuando hacen lo que casi todos nosotros hacemos a diario: Hablar de aquello de lo que no tenemos ni idea.

No citaré hoy, por manoseados y obvios, a Confucio, Catón, Beethoven y tantos otros que han disertado brillantemente sobre la cuestión, pero sí al grupo Depeche Mode, en esa maravillosa oda al encuentro del ser humano con el sosiego, con lo que puede controlar, frente a lo triviales y dañinas que pueden ser las palabras, que es "Enjoy the Silence".

Escrita por Martin Gore, austera y simple, nos recuerda que "las palabras, como la violencia, rompen el silencio... Disfruta del silencio...".

Disfruto del silencio.


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