¿A qué nos referimos cuando hablamos de disfunción sexual femenina?Nos referimos a las alteraciones que puede padecer una mujer y que provocan que las relaciones sexuales no sean satisfactorias. Las cuatro áreas en las que una mujer puede experimentar dificultades son: el deseo, la excitación, el dolor asociado al coito y el orgasmo.
“No me apetece, me duele, me molesta, hoy no quiero…”. Estas afirmaciones que verbalizan miles de mujeres son consecuencia de disfunciones sexuales que con un correcto tratamiento por parte de profesionales especializados en sexualidad se superan.
¿Qué proporción de mujeres en la actualidad padece algún tipo de disfunción sexual?Investigaciones recientes indican como aproximadamente un 40% de las mujeres puede verse afectada en algún momento de su vida por una disfunción sexual.
Cuándo una mujer padece una disfunción sexual ¿Cómo se ve afectada su vida?La sexualidad constituye un área de nuestra vida en la que si cómo mujeres no nos sentimos realizadas conlleva infelicidad, insatisfacción con uno mismo y baja seguridad personal. Las disfunciones sexuales dificultan y dañan la vida sexual, social y de calidad de vida de la pareja.
¿Qué factores psicológicos contribuyen en la aparición de una disfunción sexual femenina?Una disfunción sexual en general es multicausal. Entre los factores más comunes podemos destacar: la falta de información sexual, los mitos o tabús adquiridos en relación al sexo, experiencias traumáticas, temor a contraer enfermedades de transmisión sexual, pobre conocimiento del propio cuerpo y de las sensaciones que puede llegar a sentir, dificultades en la relación de pareja, trastornos psicológicos asociados (depresión, ansiedad, estrés, baja autoestima…).
Identificar de forma correcta las causas es fundamental para dar un tratamiento adecuado.
¿Qué se puede hacer para superar una Disfunción sexual? ¿Qué técnicas son las más adecuadas?Todas las mujeres son únicas, se diferencian entre otros aspectos en su personalidad, valores, educación sexual recibida en la infancia, circunstancias vitales y por ello poseen una forma exclusiva de vivir la sexualidad consigo mismas y con su pareja. Es por ello que, en primer lugar, es necesario realizar una evaluación exhaustiva con la finalidad de conocer la naturaleza exacta del problema y elaborar un plan de tratamiento personalizado y adaptado a cada mujer y sus necesidades.
La terapia sexual ayuda a la mujer a superar su disfunción aprendiendo a sentirse a gusto con su cuerpo y ha disfrutar de todas las sensaciones placenteras y agradables que puede llegar a sentir.
¿Qué mensaje hay que transmitir a la población?Las disfunciones sexuales femeninas constituyen un trastorno que se puede superar si se recibe la ayuda adecuada. Es lógico que una mujer pueda sentirse incómoda o que tenga vergüenza al hablar de estos temas pero como profesionales especializados y acostumbrados ha hablar sobre sexualidad ayudamos a las mujeres a superar la disfunción. Cuándo una mujer ha superado su disfunción sexual puede disfrutar plenamente de su sexualidad, su cuerpo y en definitiva sentirse plena y realizada como mujer, viviendo con la calidad de vida y felicidad que toda mujer merece.
No debemos olvidar que la salud constituye un derecho humano fundamental y consecuentemente el cuidado de la salud sexual un derecho humano básico de toda mujer.
DISFUNCIONES SEXUALES
Desórdenes del DESEO- Deseo sexual inhibido: Disminución o ausencia de fantasías y deseo de actividad sexual - Trastorno por aversión al sexo: Aversión y evitación persistente de los contactos genitales con una pareja sexual.
Desórdenes de la EXCITACIÓN - Baja excitación: Dificultad para obtener la lubricación propia de la fase de excitación hasta la terminación de la actividad sexual.
Desórdenes del ORGASMO. - Anorgasmia: Retraso o ausencia del orgasmo tras una fase de excitación normal
Desórdenes por DOLOR - Vaginismo: Imposibilidad o extrema dificultad para realizar la penetración debido a la contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina. - Dispareunia: Molestias que experimenta la mujer durante el acto sexual haciéndolo doloroso o dificultoso.