Revista Espiritualidad

Disimula

Por Jesusfidelis
FLAN DE HUEVOFLAN DE HUEVOEste clásico de la cocina española queda riquísimo. Según me enseñó mi amiga Concha se puede hacer del tamaño que se quiera, pero siempre respetando esta proporción: por cada huevo, 1 cucharada de azúcar y 100 ml. de leche. Queda genial!
Se lo voy a dedicar a Natalia, una chica encantadora de Barcelona que me ha escrito un emotivo mail para decirme que despues de muchos problemas de salud, está aprendiendo a cocinar y a comer gracias a mi blog. Se está pensando hacer su propio blog, así que cuando lo haga os lo comunicaré para que entre todos la animemos. Gracias de nuevo por tus palabras y por tu fuerza, Natalia.
- Preparar el caramelo poniendo en una sartén 3 cuch. de azúcar con unas gotitas de limón. Mover con una cuchara de madera hasta que se empiece a caramelizar. Echar en el molde de flan y reservar.
- Batir 6 huevos con 6 cuch. de azúcar. Añadir 600 ml. de leche, la ralladura de 1 limón y un chorrito de esencia de vainilla (opcional). Mezclar bien y echar sobre el molde caramelizado. Cocer al baño María en el horno a 180º durante unos 30-40´. Dejar enfriar y servir con nata montada.
FLAN DE HUEVOFLAN DE HUEVO
ártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal.
Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos... nah.
A lo que iba.
Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.
Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.
Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.
Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa, aunque sólo sea tu atención.
Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.
Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.
A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.
Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.
Haz ver que me olvidas.
Y me acabarás olvidando.
De verdad."
Risto Mejide

Volver a la Portada de Logo Paperblog