La imagen actual del cuerpo masculino ideal se basa en un aumento en los detalles de la musculatura. Incluso los juguetes para niños reflejan la imagen de "cachas". El hombre aparece en revistas, películas, en la televisión y en los anuncios con una musculatura muy trabajada. Como reflejo de ello, los jóvenes preocupan mucho más por aumentar sus músculos que proteger su salud. Es decir, hacen ejercicio para modelar su figura pero no para estar más sanos.
Hace 25 años se describió la dismorfia muscular como un tipo de trastorno de la imagen corporal que se caracteriza por una preocupación obsesiva por la apariencia muscular que posteriormente ha derivado en otros diagnósticos como anorexia inversa o vigorexia o complejo de Adonis". Las personas con este síndrome, generalmente varones, tienen la fijación por conseguir un cuerpo perfecto. Los hombres con dismorfia muscular no están satisfechos con el tamaño y la forma su cuerpo. Les preocupa constantemente su " cuerpo imperfecto" al no tenerlo lo suficientemente musculoso; estos hombres presentan tasas elevadas de trastornos del estado de ánimo y de ansiedad, comportamientos obsesivos y compulsivos, suplementos dietéticos abuso de sustancias (hormonales o sintéticas) y deterioro del funcionamiento social y ocupacional. La dismorfia corporal afecta al 2.2% de los varones americanos.
En cambio, la dismorfofobia es una distorsión de la imagen corporal en el que los síntomas están relacionados con la obsesión hacia una parte concreta de su aspecto físico. La persona que lo padece, siente una constante y excesiva preocupación por él, ya sea real o imaginado, y lo percibe de un modo exagerado, pudiendo llegar a tener problemas emocionales importantes o aislamiento social.