Sugerida por... Charmin
Dificultad de respirar.
Disnea es un término empleado en medicina que procede del latín dyspnoea, y este del griego dýspnoia δύσπνοια. El español fue la primera lengua moderna que documentó el vocablo en 1494, que da nombre a la dificultad de respirar, la sensación característica de no estar recibiendo suficiente aire...
Las causas de la misma pueden ser -entre otras- la obstrucción de las vías respiratorias superiores, nariz, faringe o laringe; una cardiopatía -dolencia del corazón-, e incluso también simplemente el estrés emocional o el esfuerzo tras realizar una actividad física intensa...
Nada mejor que el Diccionario médico-biológico, histórico y etimológico de la Universidad de Salamanca para contextualizar el término de hoy haciendo un pequeño recorrido histórico por los orígenes de esta voz:
“…Disnea, pasó al latín, ya en el s. I d.C., y se documenta transliterada en la forma dyspnoea en autores como Plinio. Celso, que es contemporáneo del anterior, la escribe todavía con caracteres griegos; señala que debe distinguirse del asma y de la ortopnea. Pero, sin duda, el impulso definitivo para la extensión de su uso se lo dio Galeno en el s. II d.C. quien escribió un tratado que usaba el término en el título; se tradujo en latín como De difficultate respirationis; empieza con esta declaración, en un estilo muy característico de Galeno:
«Que la disnea es un deterioro de la inspiración lo muestra su propio nombre, igual que la disestesia lo es de la sensibilidad y la discinesia lo es del movimiento. Cuáles son las formas diferentes de este deterioro, por qué causas se producen y cómo se pueden diferenciar, no será posible aprenderlo por la denominación, sino que lo pondrá en evidencia la propia naturaleza de la respiración.»
¡Hasta la próxima palabra! ;-)
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