-No me gusta esa chica porque está gorda.
Así de rotunda fue mi hija de 4 años el otro día cuando le puse este videoclip en el ordenador pensando que le gustaría el ritmo de la canción.
¡¡¡¡Que solo tiene 4 años, que está pasando a su alrededor!!!!!
Mi quedé de piedra porque, precisamente yo soy una mujer, como se suele decir "gorda". ¿Y qué?. (Mi objetivo es estar sana, por lo que he de perder peso, pero no es ser física-socialmente aceptada).
Cuando le pregunté que opinaba de mi, que yo era mucho más gorda que esa chica, me contestó:
- Tu eres muy guapa mama, y no eres gorda.
He querido poner la canción subtitulada para ver precisamente la crítica que esta hace del mundo "fashion" e irreal que nos venden desde que somos pequeñitas. Hablo en femenino pero los hombres también tienen su presión social para estar fuertes y ser súper machos.
Es verdad que cada vez más se aboga por un estilo de vida más natural y saludable. Que la sociedad ya está un poco cansada de la exigencias de belleza que marcan la industria. Mantener una dieta variada, hacer deporte habitualmente, y quererse a uno miso, es la base de una buena salud.
Pero no solo es un tema estético, sino que es un tema de salud pública.
La capacidad de autoimagen y el autoconcepto que tenemos los humanos se empieza a desarrollar desde que somos pequeñitos en el seno familiar, más los imputs que nos llegan de la sociedad y del entorno que nos rodea.
Ahí es donde quiero llegar, "la familia". Para mi, en esta situación, el concepto de familia puede ser sinónimo de escudo transformador. Es más difícil cambiar el entorno de los pequeños para protegerles de daños psicológicos encubiertos que hacer reflexionar a los adultos y padres de que les hablen críticamente de lo que consumen sus hijos.
Creo que a todos se nos está viniendo a a la cabeza patologías como la anorexia, bulimia, vigorexia, etc... pero la base de todas ellas es la misma: UNA BAJA AUTOESTIMA, que en nuestra sociedad también va ligada a una BAJA AUTOIMAGEN.
Entre todos podemos empezar a cambiar la forma de percibir la sociedad que nos rodea.
¿Habéis visto la crítica que se está haciendo a Disney con la figura de sus princesas?.
Para muchas niñas y niños del mundo, Disney marca sus gustos y moldean en sentimientos, o eso pretende.
¿Pero si sus modelos a seguir se alejan tanto de la realidad, que queda en las cabecitas de los pequeños?
Modelos realmente imposibles que provocan una mella en la autoimagen de los pequeños, que crecen queriéndose parecen a productos imposibles. ¿Tanto cuesta crear princesas y príncipes de proporciones reales?
Y que pasa si analizamos la muñeca más vendida del mundo, Barbie. Esa preciosa muñeca que imita a una exitosa mujer con todos los complementos posibles, El mundo Mattel de proporciones irreales.
Así sería realmente Barbie si se ajustase a las proporciones antropométricas reales. ¿Y que tiene de malo?
Recientemente, ha visto la noticia del lanzamiento de la nueva muñeca anti- Barbie en el diario (El Periódico, día 26 de octubre).
El objetivo de Lammily (así se llama la muñeca) , es romper con la imposición de belleza irreal, y empezar a valorar nuestro aspecto verdadero tal como es.
Su justificación para lanzar esta muñeca con medidas proporcionadas a la realidad, celulitis, acné, arrugas y otros complementos; es según palabras de promotor Nickolay Lamm:
"Lammily representa la idea de ser fiel a uno mismo en un mundo que demasiado a menudo nos hace perseguir fantasías inalcanzables"
Con esto no estoy intentando hacer publicidad de una nueva muñeca, pero si que intento crear una reflexión crítica de que les damos a nuestros pequeños, que consumen, y como lo pueden interpretar ellos sin darnos cuenta.
Se acerca Navidad, ahí lo dejo....