Contaba un tal Domínguez el sábado en El País la historia de unos huesos aparecidos en una sima montañesa. Parece que los huesos son de un guarda forestal asesinado por la guerrilla comunista que operaba en la zona en abril de 1945. Pero el verbo que usa el tal Domínguez es maravilloso: el comunista Juan Fernandez Ayala “le pegó un tiro en la nuca y le arrojó al pozo”.
Sin embargo, cuando se habla de la muerte del guerrillero, en 1957, el verbo es otro: “En la primavera de 1957 caminaba por un sendero cerca de Potes cuando le descubrió la Guardia Civil, que lo mató a tiros”
Pegar un tiro en la nuca frente a "mató a tiros". Un asesinato del que no sabemos nada frente a otro en el que el marco lo componen el eje bueno de "caminar-sendero-primavera" frente al malo de "Guardia Civil-mató-tiros."
Y así todo. Así siempre.