Revista Cómics

Dissidia: Final Fantasy

Por Mugen
Dissidia: Final Fantasy

El mundo de los videojuegos está lleno de ideas extrañas que acaban resultando muy bien y de ideas más comunes de las que se puede acabar sacando mucha chica. Dissidia: Final Fantasy entra dentro del segundo grupo. Un megacrossover en el que personajes de todos los Final Fantasy publicados hasta aquel momento se estarían dando de leches por... Pues no se sabe por qué, pero no importa mucho, ya que crea un juego de lucha muy divertido y ágil, que es una de las joyas de la primera portátil de Sony.
Con las premisas de las que parte, con todos los protas y antagonistas desde el primer Final Fantasy hasta el X luchando entre ellos, la historia parece tener mucha chica, pero se queda en eso, apariencias. A pesar de que parte de una buena idea, no se le llega a dar un gran provecho, y lo cierto es que las situaciones cliché del JRPG se darán en más de una ocasión. Si bien esto no supone un gran problema en un juego de lucha, es un punto negativo en un Final Fantasy, más aún si tenemos en cuenta todas las posibilidades que plantea, al abrir la puerta a la unificación de todos los universos de la saga. Si bien no llega a lastrar el juego, es una verdadera pena, y se echa en falta algo más trabajado.

Aun así, esto no afecta al resto del juego. La jugabilidad es bastante más simple que la del juego de lucha medio. Con el círculo realizamos ataques de bravura, que suben un índice que marca cuánto daño sacaremos al realizar los ataques verdaderamente ofensivos, los ataques de vitalidad. Dependiendo de la posición del joystick y de si estamos en el suelo o en el aire, realizará una habilidad u otra. Y sí, habéis leído bien, en el aire. Porque en este juego los personajes se pasan saltando todo lo que no han podido saltar a lo largo de toda la saga.

Las habilidades se consiguen a base de dominar otras habilidades o de subir niveles. Sí, habéis leído bien, subir niveles. Porque por mucho que sea un juego de lucha, no puede haber un Final Fantasy sin un componente mínimamente rolero. Así que Dissidia tiene lo típico: muchos objetos para comprar y equiparse y cien niveles que subir para llevar nuestro personaje al máximo, haciendo que de paso consiga un porrote de habilidades y se vuelva la cosa más uberpoderosa del juego, hasta que nos topemos con el de nuestro amigo y nos dé un palizón... Benditas partidas multijugador.

Hablando en serio, el juego no tiene gran dificultad. Debemos desplazar a nuestros personajes por un tablero a lo largo de su modo historia correspondiente, pero visto un tablero vistos todos. No nos costará demasiado cogerles el truco. En cuanto a dificultad de la otra, una vez llevemos a nuestro personaje al máximo, el único reto verdadero que encontraremos serán los combates multijugador. Bueno, mejor dicho, si llevamos a nuestro personaje al máximo. Porque el juego está pensado para que te pases muchas horas en el multijugador, y si no lo haces, subir a tus personajes se convertirá en una tarea larga, tediosa y muy, pero que muy, repetitiva.

Ese es el gran problema del juego. Está pensado para el multijugador, pero carece de multijugador online, por lo que, o tienes un amigo que también tenga el juego, o no podrás disfrutarlo al cien por cien. De hecho, es bastante probable que te aburras rápido. Y es una pena, porque es un juego con una variedad enorme. Los veintidós personajes que componen el plantel tienen sus propias características, haciendo que puedas encontrar de forma muy fácil el estilo de lucha que prefieras, ya que además puedes escoger sus habilidades de batalla. Las posibilidades son muy grandes, pero sin una persona con la que jugar, no se llegarán a disfrutar de verdad.

La que en su momento fue la última cosa rara de Final Fantasy (ha sido sustituida por el juego musical ese de nombre impronunciable) partió con unas premisas muy buenas, pero su dependencia casi total del ad hoc acaban lastrando una jugabilidad, y sobre todo, una experiencia para los aficionados de la saga, que convierten a este título en uno de los imprescindibles de la PSP. Si tienes a una persona con la que jugar, no lo dudes, porque todavía se puede encontrar en no pocos GAME nuevo por 20 euros o menos. Si no tienes a nadie con quien jugar, pero aun así quieres hacerlo, mi consejo es que te armes de paciencia, porque si lo haces, puedes llegar a tener tus buenas horas de diversión con este juego.


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