Distant sun

El otoño no acaba de asentarse. Cada vez que me digo "ya es definitivo, ha llegado el frío", el día siguiente me sorprende con un sol enérgico y unos grados de más. Así que he olvidado mi rol de meteoróloga fracasada para construir looks atemporales, que sean de utilidad para este tiempo tan indeciso. Las mejores aliadas para esta época son las prendas largas y finas, como en este caso unas mallas y una camiseta de manga tres cuartos, y el juego de capas. Eso sí, llevo siempre una mochila o un bolso espacioso para guardar lo que me quito si hace calor.
Las fotos de hoy son también muestra de comodidad. Estoy en paro, pero eso no significa que no trabaje, pues me paso el día aprendiendo y desarrollando proyectos, todo desde casa. Para aprovechar bien el tiempo y no adormecerme, es importante la actitud, así que empiezo el día con una sesión de pilates y después me arreglo un poco, como si saliera a trabajar fuera. De esta forma, me mentalizo y me concentro con mayor facilidad. Este look es un ejemplo de cómo vestirse para trabajar en casa: cómoda sí, pero con disposición, no en pijama.
Un post sin irrupciones y cariños a Darwin, no es un post.

Colgante, "herencia familiar" (?)
Camiseta vía local (Italia)
Mallas vía local (Portugal)
Calzado vía local (España)

Este post muestra uno de mis placeres: vestir con prendas locales. Cada una de ellas tiene su historia: la camiseta la compró mi madre en Edimburgo, las mallas me cautivaron en Melide (Galicia) y las botas se vinieron conmigo desde el mercadillo sevillano de calle Feria, el Jueves. Estas últimas me costaron tan sólo 5€ y dio la casualidad de que las únicas que vendían eran de mi número y hechas en España. Las compré pensando, precisamente, en la entrada del otoño y el invierno. Todo ello, combinado, produce un look con valor añadido de cercanía.
Y vosotros, ¿vestís con prendas compradas en comercios locales? ¿trabajáis desde casa? ¡Buen fin de semana! :)