Uno que está saliendo de un mar de suposiciones espesas y grises, y de pronto se ve generando más, pero rosadas y etéreas… Son increíbles esas situacioens, personas o ambas las que las causan; y no son las que te hacen verdaderamente feliz, pero una vez te vuelves adicto a ellas, sufres síndrome por abstinencia, y desengancharse totalmente está cabrón…
Uno tiene miedo. Y uno tiene valor. ¿Cómo es eso? Vive en mis zapatos y verás; pero ya lo has hecho, seguramente… Después de salir de la pesadilla temes volver a dormir, a pesar de que en tu mente presagias un delicioso sueño y un despertar maravilloso, aún más maravilloso que el atardecer que te adormeció hace poco… (Bien sabes que puede ser sólo otra maldita suposición… Pero bien que te encanta sentir algo de placer mental por dolor en tu alma. Maldito; pero bueno, así te amas… Recuerda que el amor es libre; al menos contigo no hay elección, ¿quién no se ama? Pero al parecer la impronta de las marcas feroces en tu cuello te han sorbido el seso un poco… Tan bien que ibas).
Ya lo hemos visto, incluso lo hemos vivido en mi cabeza, con brutal intensidad, jamaz antes sentida por mí (o al menos eso dice uno olvidando lo intenso de la pasada pesadilla): cada detalle, cada segundo, cada sonido, cada cosa y cada caso; aunque bien sabes que no será así en su justo momento y medida (claro, si ocurriera… No te entiendes), pero como estás bajo la droga de tu pensamiento, sin vivir, pues así lo ves, y aún pisando el hilo entre el valor y el miedo.
Texto no apto para somnolientos, ¿verdad? Y seguimos divagando. Ya me conoces un poco más. Descíframe, que aún lo estoy intentando… Por cierto: este viaje no es lineal, ni tiene referencia espacio-temporal estable. Acostúmbrate