Cuestiones teóricas para asuntos prácticos. Una de las lacras de la vida y de la comunicación pública en nuestros días, que la viñeta de Bek en el New Yorker de esta semana pone de manifiesto en clave de humor fino.
Absolutizar lo relativo es quizá un efecto colateral de la tendencia a relativizar lo absoluto. No se trata de hacer aquí y ahora un tratado acerca de las diferencias entre filosofía teorética y filosofía práctica, pero resulta patente que absoluto y relativos se reclaman mutuamente.
Racionalizando (es decir, estropeando) la inteligente broma de la viñeta de Bek: no sé qué pueda ser "en sí mismo" un retweet si se tienen "0" seguidores, cuando sucede que Twitter es un "medio social", cosa que de suyo implica necesariamente una referencia a otros.
Racionalizando de otro modo la viñeta (es decir, volviéndola a estropear): «¿Cuál es el sonido de un árbol que cae en un bosque solitario?», pregunta el koan zen, antes de que George Berkeley ("esse est percipi") se pelee con John Locke y tercie David Hume en el asunto acerca de la existencia del mundo material dependiendo de que alguien lo perciba...
Tampoco se trata de racionalizar el asunto comentando el mediano cuento breve "Esse est percipi" de Borges y Bioy Casares sobre fútbol, radio, televisión y seudónimos.
Pero un poco de todo esto sí que hay: el retweet, como el ruido del árbol cayendo en la selva deshabitada (o habitada por sordos, habría que advertir a Berkeley), existe con independencia de que alguien lo lea.
Entre otras cosas, porque el mundo existe también al margen de Twitter, y el retweet existe al margen de que alguien se lo pierda. Aunque el mundo y la gente sin Twitter ya no seamos lo que éramos, y un tweet sin retweets no sea ningún problema para nadie.