Revista Cine

Divergente, echando la vista atrás

Publicado el 30 octubre 2014 por Albertoiglesiasfraga @revistaroulette

La vuelta a las aulas ya se ha completado para todos los estudiantes españoles y eso me ha traído a la mente la película Divergente. Aunque pueda parecer un film que nada tiene que ver con la realidad o un entretenimiento juvenil, en el fondo tiene más relación con nuestro mundo de lo que aparenta.

En Divergente el universo como lo conocemos actualmente no existe. La Guerra de la Humanidad ha destruido el planeta y la acción se centra en un Chicago apocalíptico y separado del mundo exterior por una valla fronteriza. Las construcciones, rasgadas y deterioradas, sirven como refugio para los supervivientes humanos que se han reagrupado en lo que llaman facciones. Como el antiguo sistema no ha funcionado han decidido unirse en cinco diferentes agrupaciones, cada una de las cuales cultiva un valor específico del ser humano. Ante una división de tal magnitud, se supone que la sociedad volverá a funcionar.

Las facciones

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La Abnegación valora el desinterés para servir a los otros, por los que son los elegidos para los servicios comunitarios. En Verdad (Sinceridad) lo que importa es la honestidad sin la cual el mal aparece en la sociedad. Para Cordialidad (Concordia) lo más importante es ser feliz, por eso su premisa principal es la paz. En Erudición (Sabiduría) prima la inteligencia y el saber. Finalmente la Osadía (Intrepidez) hace las veces de un ejército, son los guardianes que priorizan la valentía por encima de todo.

La trama emerge en el día de la Prueba de Aptitud. Los jóvenes de 16 años de la ciudad se han estado preparando para decidir qué será de sus vidas a través de la elección de una facción. Tras una prueba que les aconseja qué camino tomar, cada uno tendrá que elegir si permanece en la facción de su familia o si quiere emprender su camino de no retorno en una nueva. La regla inquebrantable en su mundo es que “la facción va antes que la sangre”. Este acto constituye un gran paso para cada adolescente, que dará comienzo una nueva vida. Todo es muy bonito al principio, ya que todos llegan con la ilusión de pertenecer a un grupo, sin embargo, tendrán que aprender y adaptarse si quieren seguir en él. Tienen que pasar varias pruebas que les van dando puntuaciones y los que menos tengan serán apartados. Sin facción y repudiados por los suyos, estos tendrán que vivir al margen de la sociedad. El destierro es su futuro.

Por otro lado están los que por mucho que lo intenten, no encajan en ninguna facción. Tienen mezclas de valores y eso les hace peligrosos para unos gobernantes que quieren ejercer el control a base de divisiones. Para estos divergentes el futuro es muy corto, porque todos quieren deshacerse de ellos. Pero, ¿qué puede hacer uno con su vida si no tiene claro a qué grupo pertenece? Aquí encaja la protagonista Beatrice (Tris) Prior. Nació en Abnegación, pero después de que la prueba diera resultados inconclusos sobre qué facción debía elegir (divergente) decidió probar suerte en Osadía. Tomo su decisión y vio que la sociedad fraccionada no beneficiaba más que a los gobernantes que querían ejercer el dominio sobre el resto, algo que en teoría había llevado a la humanidad a ese Apocalipsis. A partir de ahí Tris se une a los que son como ella para luchar por cambiar las cosas. Entre ellos se encuentra Cuatro (Tobias Eaton), con el que vive su particular historia de amor.

 

Volviendo al mundo actual…

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En realidad no fuimos tan distintos y en muchos lugares aun se vive en esas condiciones. Lo que se cuenta en esta película, aunque con un toque futurista, una vez ocurrió en las sociedades más avanzadas y sigue sucediendo en las que aun no han dado el paso a la divergencia. Dependiendo el lugar de procedencia, la clase, la familia… toda la vida estaba condicionada. No había que pasar ninguna prueba y a nadie se le estaba permitido divergir de la elección que ya le había sido impuesta. El camino era único y la adaptación era la base de la vida, los descontentos no tenían cabida en esas sociedades.

Cada uno debía encontrar su rincón en una “facción” de la que no podría moverse y si alguien quería cambiar de sociedad, la repulsión también estaba a la orden del día para él. A los grandes se les permitía crecer, pero a los pequeños se les hacía, si cabe, seres imposibles de divisar por su tamaño. Las sociedades también estaban valladas, no siempre con muros visibles, pero sí con controles que imposibilitaban salirse de ellas. Los dominantes, fuesen del grupo que fuesen, veían en aquellas personas que divergían del resto (bien porque querían conocer nuevas fronteras o bien porque querían cambiar lo que no funcionaba en sus sociedades) un peligro del que tenían que deshacerse.

Eso llevó a las guerras entre pueblos, países y sociedades, algo que desembocó en un apocalipsis parecido al de Chicago en esta película. Pero poco a poco se fue evolucionando y ahora vemos el resultado de los divergentes que salieron de sus fronteras para luchar por un futuro mejor, sin separaciones entre facciones.

Un gran avance

Años más tarde de esas guerras, después de sobreponernos a la destrucción casi total, las cosas son muy diferentes. Antes remitía al comienzo del curso escolar en nuestro país como fuente de inspiración. Pues bien, esto me ha venido a la mente ya que ahora las posibilidades de elección son muy amplias y hay muchos jóvenes que ahora mismo están viviendo en su piel las consecuencias (tanto positivas como negativas) de estas.

Desde el colegio, y más concretamente desde los 16 años (coincidiendo con el fin de la Educación Secundaria) nuestro mundo de posibilidades aumenta. Comienza los entremezclados caminos de trabajo y estudios. El instituto, la universidad, posibilidades de viajar, conocimiento de nuevas culturas, tecnologías… Hay muchas opciones, divergentes todas ellas, que permiten avanzar sin negar el pasado. Estas dan la opción de mejorar  y avanzar, y en algunas ocasiones retroceder para aprender de los errores. En la mayoría de los casos la sociedad ya no encasilla como antaño y nadie es repudiado por cambiar a algo que le satisfaga más. Nos hemos ido convirtiendo, poco a poco, en los directores de nuestras vidas, los guionistas y protagonistas principales de las mismas. En el fondo tenemos que dar las gracias a ese grado de divergencia, en nuestro interior y en el de muchos otros, que nos hace ir más allá a buscar nuevos caminos y explorar nuevas decisiones.

Peligro constante

La lucha por el dominio y el poder siguen y seguirán siendo los grandes demonios a erradicar. Da igual el siglo del que se hable, pasado o del previsible futuro, el mayor problema seremos nosotros en tanto que decidamos condicionar a toda la sociedad a seguir unas únicas e inamovibles reglas. La divergencia precisamente consiste en eso, en discrepar. Discordar de algo para llegar a otro mejor. No sé si acabaremos en un mundo de facciones, pero lo que si sería recomendable es que cada uno llevase dentro de sí un poco de cada una.

 

DESTACADOS

La joven escritora Veronica Roth

Veronica Roth 210x300 Divergente, echando la vista atrás

Con 26 años la americana ha sabido darle una vuelta a su lugar de origen, Chicago, para crear una de las sagas de moda en el ámbito juvenil. Divergente no solo ha arrasado en la gran pantalla sino que a nivel literario también ha sido un éxito de ventas, algo que le ha servido de inspiración a Roth para escribir Insurgente y el último tomo de la cadena; Allegiant, hace apenas un año.

Además de estos tres superventas hay que destacar las cinco historias cortas (Free FourThe Transfer, The Initiate, The Son y The Traitor), consideradas un preludio de la famosa saga, englobadas en la compilación Four: A Divergent Story Collection, narradas desde la perspectiva de Tobias Eaton antes de que Tris eligiese Osadía.

La americana,  licenciada en escritura creativa de la Universidad de Northwestern (Evanston-Illinois), ya ha sido comparada a exitosas escritoras de la talla de Stephenie Meyer (Crepúsculo) y Suzanne Collins (Los Juegos del Hambre) y ya cuenta en su haber con premios como el de Libro Favorito de 2011, reconocimiento de Goodreads.

Las secuelas de Divergente

Los 3.5 millones de euros recaudados en la noche de su estreno en EEUU y Canadá ya hacían presagiar un gran éxito. Este se fue incrementando, poco a poco, a medida que se fueron consumando los lanzamientos en el resto del mundo. Esto hizo que días más tarde ya se confirmase la producción de las nuevas películas. De momento ya se ha acabado el rodaje de Insurgente, que se estrenará el próximo 20 de marzo de 2015. El tercer libro, Allegiant,  se fragmentará en dos largometrajes que verán la luz el 18 de marzo de 2016 y 24 de marzo de 2017.

Las ganas de revivir la historia de Tris por salvar a más Divergentes son más amplias en tanto que se esperan nuevas caras conocidas. A Kate Winslet (Jeanine Matthews) se unirán Naomi Watts y Dae Kim, protagonista en Perdidos y Hawai 5.0.

El año de Shailene Woodley

La protagonista de esta saga, Tris, lleva un año de bastante éxito. Al que logró con Divergente y el que se prevé con las tres próximas películas de la saga, hay que añadir el del film Bajo la misma estrella. La californiana comparte protagonismo en esta película curiosamente con su hermano Caleb Prior (Ansel Elgort) en Divergente, aunque en esta pasan a ser pareja. Ambos largometrajes han hecho que a los jovencísimos actores de 22 y 20 años, respectivamente, empiecen a lloverles ofertas de Hollywood y algún que otro premio. Woodley ya se ha llevado el galardón como mejor actriz de drama (Bajo la misma estrella) y de acción (Divergente) en los Teen Choice Awards 2014.

Protagonistas en la película Bajo la misma estrella 300x143 Divergente, echando la vista atrás


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