Sí, sí, tal cual, no es coña. No es uno de esos títulos gancho. Cómo bañar a un erizo. O nuestra aventura con Pepito.
PASOS A SEGUIR:
1. Ir por una carretera de noche y rescatar a un erizo al que acabe de pasar por encima un coche (sin que le haya pillado ninguna rueda...).
2. Llevarselo a casa y acomodarlo: camita, agüita y comidita rica.
Bautizarlo como "Don Pepito".
3. Asegurarse de que está bien. Mantenerlo en observación.
4. Darse cuenta de que está sucio y lleno de grasa de los bajos del coche kamikaze.
5. Es muy recomendable realizar este DIY en un espacio al aire libre, tipo terraza o jardín.
6. Coger una palangana o similar, una manguera y un erizo.
7. Meter al erizo en la palangana.
9. Poner en posición "lluvia fina" el pitorro de la manguera.
10. Con mucho cuidado, mojar al erizo, con especial atención en que no le entre agua en las orejas. Y de que el nivel del agua no le llegue a la cara.
11. Repetir la operación tantas veces como sea necesario hasta que deje de salir el agua
12. Dejar que el erizo consiga escaparse despavorido de la palangana.
13. Dejar que al erizo se le pase el mal humor.
14. Curarse las heridas sangrantes de las manos, ponerse la anti-rábica y la anti-tetánica.
15. Desinfectar la zona cero.
16. Ponerse unas gafas de sol para que no nos deslumbre la resplandeciente y limpísima bola de pinchos.
17. Al cabo de unos días devolver el erizo a su hábitat natural.
18. Convencer al erizo de que tiene que volver a su casa, de que no tener su plato repleto de cosas suculentas para comer, agua fresca y una camita blandita es lo mejor para él. No utilizar palos ni objetos contundentes. Sólo un hilo de voz. Enjuagarse las lágrimas.
19. Consolar al niño o niña en su explosivo-drama-existencial por ser una bruja que se ha llevado a su queridísimo Pepito vete-a-saber-donde, véase sitio horrorozo...
¡¡¡Así de fácil!!!
Mamá.