Seguro que te resultan familiares estos animales de plástico, son un clásico en todo arsenal de juguetes. Pues puedes darle una segunda vida, después de que los pequeños crezcan, y convertirlos en una maceta para pequeñas plantas.
Sólo tienes que hacerle un hueco en la parte superior y pintarlos del color que más te guste. Es una opción atrevida que dará un aire diferente a cualquier rincón de la casa. Puedes saber más sobre el proyecto siguiendo este enlace.
imágenes| littlebitfunky
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