Si os gustan las velas tanto como a mí, seguro que estáis hartas de ver esos malditos vasitos casi vacíos y con restos de etiquetas vagando por ahí. Porque además (y quien diga lo contrario miente), todos llevamos dentro un pequeño Diógenes que nos impide tirar ninguno.
Pues que no cunda el pánico. Hoy os traigo la manera de convertir esos restos en adornos bonitos, elegantes y relajantes.
Lo primero es extraer esos restos de cera infernales, además de la mecha. Para ello sólo tenemos que meter las velas un par de horas en el congelador. ¡Así de fácil! Hay otros métodos que utilizan el calor, pero el frío es mucho más limpio. Una vez congeladas, los trozos de cera se contraen y salen de una pieza.
Ahora viene el segundo paso, que consiste en eliminar restos pequeñitos o pegotes de etiquetas, y para ello solo necesitamos darles un lavado con jabón (mejor de pastilla), y frotarlos con papel de cocina y un poco de alcohol.
Y luego sólo queda dejar volar la imaginación. Yo esta semana he optado por decorarlos con estas cintas adhesivas y marcos de puntilla que me compré en Pórtico. La pena es que están de liquidación porque cierran todas sus tiendas, pero este tipo de materiales los podéis encontrar en cualquier tienda de manualidades.
Para rellenar, opté por popurrí floral, básicamente porque lo tenía a mano, pero aquí es donde podemos ser más creativos. Dentro de poco os traeré más ideas, como rellenar los vasos con pasta de verduras (sí, la de comer), arroz, o lo que más os guste. Por otra parte las velas que estoy utilizando ahora no son perfumadas, pero más que el olor, lo que me encanta es encenderlas por la noche y disfrutar del ambiente que crean.
También tengo pensado teñir algunos tarros con el famoso Mod Podge, pero esto será un poco más adelante.
Espero que os guste y os inspire, y si tenéis alguna idea más no dudéis en compartirla.
Por cierto, hoy es mi cumpleaños, y lo celebraré de una forma muy especial. ¡Espero poder enseñaros algo pronto!
¡Un abrazo!
A.