Revista Cultura y Ocio
El gran Tarantino y su fetiche por las películas que lo conmocionaron en su sótano mientras todavía era un desconocido y escribía uno de los guiones más inolvidables vuelve a estala la pantalla; esta vez la sangre corre a granel, no al estilo Kill bill pero si al estilo de novela gráfica de Roy Rogers. por eso para comprender mejor esta cinta es conveniente trasladarnos a los años dorados que el personaje Django tuvo por aquella época de los sesenta y setenta. La primera oleada de Spaghetti western rodados con este anti héroe comenzaron en el 66 y se basaron en un perfil de cazarrecompensas rebelde perseguido que terminaba salvando a todo el mundo. Las película que más impacto tuvo fue la que protagonizo Frank Nero y es de esta película que podemos comenzar a exponer el porque el Django de Tarantino. he notado que al cine americano le da por ponerle temas periódicos a sus directores, uno de los temas que tenían que tratarse este año era el de la abolición de la esclavitud. alguno quiso hacer un biopic, el mejor por Daniel Di-Lewwis recreando a Lincoln y otros como Tarantino tergiversando el tema a partir de su consabido tratamiento de sangre y la otra historia posible. El Django de Tarantino es un personaje que evoluciona, parte del esclavo que apenas si logra caminar al pistolero más temido. Una película que gusta pero que sin embargo sólo es un homenaje a las grandes películas del oeste que tan inevitablemente bien lograron los europeos. Basta tan sólo con escuchar la banda sonora para saber de que se habla al decir que Django no es más que uno de los mejores homenajes hechos por Tarantino, viva Tarantino. Cabe acotar que entre las actuaciones las mejores son las de Christoph Waltz y la de Samuel L. Jackson.