Tarantino lo ha vuelto a conseguir otra vez. Ha creado otra obra de arte que a buen seguro no dejará a nadie indiferente. El género escogido esta vez ha sido el western, el cual ha sabido llevar a su terreno a la perfección.
Esta película, con el indiscutible sello de Tarantino, no sólo narra la historia de un esclavo negro con sed de venganza sino que retrata la América que traficaba con esclavos, que maltrataba a personas y las sometía por el mero hecho de pensar que eran inferiores.
Esta producción refleja el buen hacer de Tarantino y el de todo un equipo técnico y artístico volcado con el proyecto, el cual será premiado por la crítica y el respetable, y seguro que también con más de un galardón.
Hay quien pueda pensar que tal logro de conseguir crear una buena película con los medios de los que dispone Tarantino es una tarea fácil y sin mérito, pero puedo asegurar que disponer de los mejores medio posibles no asegura el éxito.
Django Desencadenado fue escrita a principios de 2011 y realizada en 2012 por Tarantino. Cuenta con un renombrado elenco de actores: Jamie Foxx, Leonardo DiCaprio y Christoph Waltz, entre otros.
Django es un esclavo negro que, tras ser vendido y separado de su mujer, se alía con un cazarrecompensas, el Dr. King Schultz, para llevar a cabo su venganza y liberar a su mujer.
A penas con estas líneas se podría resumir la película. Al menos, esto será lo que muchos recordarán tras verla pero, si ahondamos un poco más, encontramos una historia mucho más profunda.
Y es que en esta película se nos presenta la lucha de un hombre por su libertad.
Tarantino pretendía hacer una película que tratara sobre el horror que aconteció en EEUU en la época de la esclavitud. Un tema que aun es tabú para la sociedad estadounidense y sobre el que tan sólo él podría llegar a ironizar en algunas partes de esta película. Y, sin duda, la mejor forma de hacerlo era con un western, ya que dicho género permite abordar el tema de una forma menos forzada y con cierta verosimilitud.
Pero este no es un western convencional, aunque el realizador ha tratado de respetar todos los elementos de este género. Tanto la banda sonora como la ambientación pasando por la actitud de los personajes dejan claro que este es un western con el toque profesional del gran Tarantino.
Otro de los toques del genial realizador es aunar en una película varios estilos y conseguir que todos se compenetren de una forma natural.
Consigue mediante la realización apoyar lo que cuenta el guión haciendo uso de unos planos capaces de contar la historia por si solos. Sigue manteniendo la costumbre de mostrar todo lo que ocurre sin censura, de la forma más explícita posible y sin escatimar en detalles. De igual manera, continua con sus efectos de "Serie B", los cuales se han convertido en seña de identidad de su cine.
Mantiene el mismo estilo de fotografía en todo momento, incluso en algunos flashback que abordan al espectador por sorpresa. Debido a esto, el espectador se puede llegar a sentir confuso, ya que de primeras parece un salto importante y no se adivina en qué dirección hasta pasados unos minutos. Se podría haber evitado esto mediante algún efecto o cambio en la fotografía que indicara que es un flashback.
Otra de las licencias que Taratino se permite es la de saltarse el eje, lo cual puede hacer pensar que los personajes van en otra dirección. Aun así, estos saltos de eje se dan de forma puntual y apenas se aprecian. En esta película, Tarantino armoniza entre los planos típicos del western como planos de 3/4 o grandes planos generales con otros planos más arriesgados como en su momento hiciera Sergio Leone, aportando así su toque personal y algo de aire fresco a un género que parece volver a ponerse de moda. Entre estos planos podemos encontrar el subjetivo desde el maletero, patentado por el propio Tarantino, así como los zoom in a gran velocidad que pasan de un plano general al primer plano de uno de los personajes. La cámara no puede estar mejor situada en todo momento. Tarantino se apoya sutilmente en el encuadre para mandar mensajes subliminales al espectador. Como claro ejemplo tenemos cuando Django llega a un pueblo con el Dr. King Schultz y su cabeza queda enmarcada por una horca que hay colgada. Por supuesto, algo que no falta, como en todas sus demás películas, es un plano de los pies, su fetiche por excelencia.
En la fotografía se emplean tonalidades suaves, sin demasiado colorido. Lo apropiado para este género. Aunque en alguna que otra ocasión podemos ver algún color que resalte en algún detalle específico como el primer atuendo que escoge Django tras su libertad, esto explica el cambio social que ha tenido el personaje.
Tarantino usa el desenfoque sin abusar demasiado para dar profundidad al plano.
Como ya he comentado antes, uno de los puntos fuertes de esta película, e indiscutible firma del realizador, son los efectos especiales.
Como en sus anteriores trabajos, en esta película encontraremos impresionantes explosiones, muchos disparos y sobretodo sangre, mucha sangre. Tarantino continúa con sus guiños al manga en las muertes utilizando una gran cantidad de sangre que sale disparada a chorros de los cuerpos de los actores.
Tanto los efectos especiales como la caracterización de los personajes están muy logrados y bien integrados, sin llegar a desentonar en ningún momento con los elaborados decorados, de los cuales se ha cuidado hasta el último detalle. También hay que hacer mención a los preciosos paisajes que se muestran en los planos generales donde vemos parajes tan diversos como una preciosa montaña nevada o un infinito desierto.
La localización del rodaje no podría haber sido más acertada.
La banda sonora de un western suele ser muy específica y es por es que, con sólo escuchar la BSO de Django, podríamos adivinar que se trata de una película de este género. Como en su momento hizo Sergio Leone con la novedosa y brillante BSO compuesta por Morricone para su trilogía del dolar, Tarantino ha sabido escoger una BSO capaz de acompañar, magistralmente, cada momento de su historia. A lo largo de la película se oirán desde temas originales como los de Morricone hasta temas impactantes y novedosos como el de Freedom de Hamilton y Boynton, además de algún que otro rap que no desentonada nada con el resto. Y es que en la diversidad, está lo bueno.
Pero además de la BSO hay otra parte interesante en esta película en el ámbito del sonido. Y es que es muy recomendable verla en VO, ya que los actores han respetado los acentos de sus personajes, reforzando, así, más la personalidad de cada uno de ellos.
Aunque también hay que reconocer que el doblaje en castellano no tiene mala pinta y también se respetan, en cierta medida, los acentos.
Los actores no podrían estar mejor situados en el decorado. Llenan todo el espacio abriendo el campo visual del espectador en los planos generales. A la hora de moverse, lo hacen con decisión y orden, en la dirección correcta, aunque esto depende más de la situación de cámara y el montaje de los planos, reafirmando el carácter y la personalidad de su personaje.
Muchos actores se rifaron la piel de Django, entre ellos se pensó en Will Smith, pero finalmente este papelón le calló a Jamie Foxx.
Algunos pensaron que este actor no estaría a la altura para interpretar un papel en una película de Tarantino, más concreto un papel tan duro como el de Django. Él mismo se ha encargado de cerrar todas esas bocas con una soberbia actuación.
Jamie tiene que poner rostro a un personaje abandonado por la suerte y maltratado por una vida injusta. El cual sabe resurgir de sus cenizas para adaptarse a una nueva vida y plantar cara a todo lo que se interponga entre él y su objetivo: su libertad y la de su mujer.
Ha logrado una meta, no sólo encarnar sino crear un héroe, un luchador contra la esclavitud. Debieron ser duros para Jamie y todo el equipo el realizar algunas de las secuencias de estas películas. No por la dificultad técnica sino por lo que veían a través del monitor. Incluso Tarantino reconoció haber llorado mientras él mismo rodaba algunos de los planos con la cámara. Lo ha bordado creando desde cada gesto hasta el acento sureño de su personaje.
Este actor ha logrado una de las interpretaciones más portentosas de toda su carrera hasta la fecha.
Otro pilar sobre el que se apoya esta producción es el ya conocido por Tarantino, Christoph Waltz, el cual interpreta al Dr. King Schultz.
Este personaje aparece de la nada aportando misterio y una nueva vida para Django. Un cazarrecompensas que "compra" a un esclavo para que le ayude en una de sus misiones a cambio de libertad. Pero lo que comienza como asociación termina como una alianza.
Waltz da vida a un personaje que se hace querer por el público. Serio pero con ese punto cómico tan característico del que siempre ha dotado a sus personajes. Se desenvuelve con elegancia ante todo lo que debe afrontar en cada secuencia sin complejos ni temor. Un actor de talla abriéndose hueco entre el protagónico, Jamie Foxx, y el antagónico, Leonardo DiCaprio.
Leonardo DiCaprio siempre me ha parecido un gran actor, el cual parece que debe demostrar a la crítica en cada película que es un actor válido y capaz para cualquier personaje. A veces en entredicho, demasiadas veces, este eterno joven rostro da vida a un terrateniente amante de la brutalidad.
Calvin Candie es un excéntrico que toma de la vida lo que quiere y cuando quiere. El típico niño de mamá ya crecidito con complejo de dios. Soberbio y estúpido a partes iguales, pero inteligente y sádico cuando lo requiere la situación.
DiCaprio crea un personaje complejo y completo. Del que se intuye el pasado y se prevé el futuro. Al ver a Candie no se percibe a DiCaprio, y para mi, esto es lo importante en la creación de un personaje. Aun así, DiCaprio aporta al personaje su humildad y su pasión. Y una serie de ademanes y gestos característicos del actor. Ha sabido afrontar desde las partes más sencillas de su personaje hasta las más complicadas.
Arropando a estos tres grandes actores tenemos todo una séquito de secundarios, figurantes y figurantes especiales que se reparten entre los diversos roles de esta producción.
El más importante es, sin duda, el principal objetivo que mueve al protagonista. Incluso se podría decir que es algo más que un personaje secundario. Broomhilda es interpretada por la sensual Kerry Washington. Ella es la amada mujer de Django. Una mujer maltratada, un objeto incluso para los suyos. Kerry supo crear con valentía un personaje sumiso que sufre física y mentalmente a lo largo de toda la película, en cada una de las secuencias en las que sale, el maltrato de ser un objeto más de la casa. Gran interpretación con el cuerpo y la mente de esta casi desconocida actriz.
Otro personaje a tener en cuenta es el encarnado por el veterano Samuel L. Jackson. Se encarga de dar vida a Stephen, un esclavo arrogante de Candie con ciertas libertades. Una vez más, este actor se pone bajo la dirección de Tarantino. Aunque interpreta un pequeño papel, Jackson hace una gran interpretación. Transmite fuerza en cada uno de sus movimientos, esa rebeldía que siempre ha aportado a sus personajes.
Sin duda, Tarantino sabe que Jackson es sinónimo de calidad, sea cual sea el papel que le tenga reservado.
Y por supuesto, como en todas las demás, en esta producción no podía faltar la aparición en escena de Tarantino. Como hiciera Hitchcock, Tarantino siempre se tiene reservado un papel para sí mismo, bien sea de secundario o de figurante, como es en este caso. Esta vez su papel tiene cierto peso en la trama y aporta ese toque picante que tanto le caracteriza.
El resto de figurantes se involucran bien, sin desentonar con el resto de las actuaciones. Tanto los movimientos como las gesticulaciones están bien llevadas a cabo.
Django debió ser una producción difícil de llevar a cabo por la explosión de sentimientos que se da en cada plano y el significado total de la película. Considero que Tarantino ha aportado elementos novedosos al western y esto le vendrá bastante bien al género para continuar estando en primera línea. Esta historia no se podría encontrar más cómoda en otro género, ya que el western le aporta todo lo que necesita.
Tarantino ha sabido llevar unos acontecimientos tan dramáticos como la esclavitud en EEUU a la gran pantalla con buen hacer y todo el respeto necesario, pero al mismo tiempo con cierta ironía y sarcasmo.
La excelente realización no hace más que reforzar la emocionante historia que cuenta el guión y el cual los actores interpretan de forma magistral. Tanto la ambientación visual como la sonora están más que logradas trasladando los sentidos del público a esa época.
Sin dudarlo, esta es una película de obligado visionado, tanto por lo que trata por cómo lo trata. Además, merece la pena, mucho, ver la gran actuación del trío principal de actores. Aunque el western no sea un género del agrado de mucho y este sea un factor que eche hacia atrás a la hora de verla, aseguro que por todo lo demás, merece la pena.