Situémonos a finales de la década de los 90, en España. El cómic occidental, especialmente el americano, se publica con cierta regularidad. Prácticamente todos siguen el mismo tipo de edición, la llamada comic-book o de grapa. Números de pocas páginas, tapas blandas, sin lomo y con grapas. ¿Manga? ¿Qué es eso? El cómic japonés empezaba a hacerse sonar gracias a la emisión en nuestras televisiones de sus adaptaciones a serie de animación, como Dragon Ball, Doraemon y Marmalade Boy (La familia crece). ¿Funcionará si editamos en español las obras originales?
Sobre todo en 1992, el manga empezó a dar sus primero de manera oficial en nuestro país. Pero existía un problema. Si la gente que lee cómics está acostumbrada a leerlos en su formato grapa… ¿Cómo vamos a editar los manga? Su formato es muy diferente. Son tomos más gruesos, de menor altura, con lomo… Fácil. Vamos a adaptarlos al formato de aquí. Si el primer volumen de Dragon Ball tiene 175 páginas, vamos a dejarlo en 32. Así, al ser más fino, se podrán poner las grapas. La altura también deberá de ser igual que el de los cómics. Potenciado por Planeta deAgostini, nos llegaron en esa época series como Dragon Ball, El Puño de la Estrella del Norte y Mai, la chica con poderes.
A algunos mangas les sonrió la fortuna y llegaron a completarse, como son, años más tarde, Alita Ángel de Combate o Dr. Slump. Pero no a todos les fue igual y series como Doraemon, 3×3 Ojos y Bateadores fueron canceladas. En esta época ya existía una mejora de la edición y se comenzó con el lomo encolado y Norma Editorial y Glénat ya estaban subidas al carro del manga.
El formato comic-book comenzaba a ser cada vez menos adecuado. ¿De verdad el manga debía de editarse en el mismo formato que el resto de cómics? Poco a poco Planeta deAgostini comenzó en 1998 a editar series como Detective Conan o una reedición de Marmalade Boy en un formato similar al tomo japonés. Pese a no ser igual, se le asemejaba bastante y fue un impulso importante. A Glénat se le ocurrió en 1999 dar otro giro a la producción de manga en España. Ese año se comenzó a editar Rurouni Kenshin – El Guerrero Samurái, el primer manga en formato tomo japonés. Si bien tenía cosas mejorables como su su traducción desde el francés, fue todo un gran avance para el sector, sobre todo por su lectura oriental. Tomo con sobrecubiertas, buena calidad del papel… Y de hecho, Kenshin le funcionó muy bien a la editorial.
Kenshin sería el que marcaría el ritmo de las posteriores ediciones de manga. Dejando su sentido de lectura original y traduciendo ahora desde el japonés, se convirtió eso en la edición estándar de nuestro país. Así llegamos hasta nuestros días, donde esto es lo más normal en el manga. Además con el paso del tiempo se ha aprovechado para mejorar la calidad de las páginas entre otras cosas. Se ha mejorado hasta tal extremo que incluso el formato kanzenban japonés, edición de lujo, ha llegado a nuestras tierras con obras como Monster, Slam Dunk o la propia Kenshin.
Y se puede decir que nos hemos acostumbrado a que las editoriales nos mimen con ediciones de alta calidad, bonitas, con sus páginas a color y sus extras. Aunque siempre nos quejaremos del precio. “Estaría bien que bajaran el precio”. En 2007 Planeta decidió cumplir los deseos de muchos aficionados al manga: bajar los precios. Tomos a 5,50€. ¿Problema? Que además del precio, también debía de bajar la calidad de los mangas. Principalmente cambiar el papel blanco nuclear por un papel reciclado más grisáceo. La idea era que tanto el precio como la edición se asemejaran más a los del propio país de origen, Japón, o al de nuestros vecinos los franceses.
¿Cómo sentó esto entre los otakus? Parecía que bien. O esa era la idea que todos teníamos. En 2009 Planeta congelaba la mayoría de sus mangas con precio reducido. No estaban vendiendo lo suficiente. Su continuación estaba en peligro. No se puede continuar así. Todos nos quedamos con los ojos como platos. Nadie se podía creer que mangas a un precio tan bajo estuvieran ocasionando pérdidas a la editorial. Pero efectivamente era así.
Y es que nos hemos malacostumbrados a las ediciones que, aunque sean más elevadas de precio, sean bastante buenas, con sus páginas limpias. Por poner un ejemplo, la editorial IVREA siempre le ha dado una gran importancia a sus ediciones. Son realmente buenas y aunque no sean tomos cosidos, el resto de características son inmejorables. ¿Precio? 8€ en los tomos estándar. Y a pesar de que IVREA ha tenido sus baches y tiene sus series deficitarias, siempre ha sabido mantenerse en una buena posición. Norma Editorial también tiene ediciones muy buenas a 7,50€ en su mayoría.
La conclusión a la que quiero llegar con este artículo es que va a ser imposible que nuestro mercado del manga se asemeje en cuanto ediciones a los del resto del mundo. Hemos sufrido demasiado con esas ediciones paupérrimas en comic-book. Nos hemos acostumbrado demasiado a las buenas ediciones. ¿Moraleja? Seguir editando como se estaba haciendo. Tomos de buena calidad y a un precio de 7,50€ u 8€.
Kyô y Coke (Paradise Library)